En la declaración final del foro de tres días, que culminó con un acto de solidaridad en la emblemática Puerta de Brandeburgo, los participantes ratificaron su compromiso con la lucha frontal contra el cerco impuesto por Washington desde hace más de 60 años, una política que calificaron de ilegal y criminal.
Nos unimos al llamamiento urgente al presidente Joseph Biden “Dejemos que Cuba se reconstruya”, subrayaron en alusión a una campaña lanzada a principios de octubre en Estados Unidos.
Asimismo, demandaron la salida inmediata de Cuba de la unilateral lista de Washington de países patrocinadores del terrorismo, y recordaron que la isla caribeña “es una nación de paz y ha sido víctima y nunca perpetradora de acciones de este tipo”.
El texto final del ECRE también recoge el reclamo de la devolución del territorio ocupado por una base naval estadounidense en la oriental provincia de Guantánamo.
De igual manera, rechaza el recrudecimiento de la agresión mediática y comunicacional, los intentos de desacreditar la labor solidaria de la mayor de las Antillas y el incumplimiento por el gobierno estadounidense de los acuerdos migratorios firmados por las partes.
En sentido general, los delegados al evento -que retomó su formato presencial tras el impacto de la pandemia de la Covid-19- reiteraron su repudio a cualquier medida agresiva o acto de injerencia contra la soberanía de la patria que los vio nacer.
Debatida ayer, en la declaración los participantes en el encuentro mostraron disposición a contribuir activamente con el desarrollo socioeconómico de Cuba y reconocieron el apoyo que brindan a su país organizaciones y ciudadanos por todo el planeta.
“Nuestro amor a Cuba no pone condiciones ni tiene fecha de caducidad”, sentenciaron.