Rusia ha dicho que está reforzando sus posiciones en la península de Crimea, una semana después de que las fuerzas rusas se retiraran por completo de la vecina región de Kherson.
El gobernador de la región, Sergei Aksyonov, dijo el viernes que está en marcha el trabajo de fortalecimiento de las posiciones en el territorio de Crimea con el objetivo de garantizar la seguridad de toda la región.
Agregó que el ejército está trabajando para garantizar que los habitantes de Crimea “se sientan seguros”.
En los últimos meses, las fuerzas militares ucranianas han estado intentando lanzar un contraataque en el sur de Ucrania hacia Crimea.
Los residentes están luchando para almacenar suministros básicos en la región sur de Ucrania debido a los cortes de energía y agua en la ciudad tras los daños a las instalaciones vitales.
Sergiy Khlan, el jefe adjunto de la región de Kherson, anunció el viernes que la línea ferroviaria de la ciudad de Kherson se está reconstruyendo con la salida del primer tren al final del día.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha anunciado que hará todo lo posible para mejorar las condiciones en Kherson, y las regiones vecinas ayudarán en la reconstrucción de la región.
Zelensky también ha afirmado que sus fuerzas también quieren recuperar la península.
Desde febrero, ha habido varias explosiones cerca de las instalaciones militares rusas en Crimea, incluido un ataque coordinado con aviones no tripulados en el puerto naval ruso clave de Sebastopol.
Rusia lleva a cabo una “operación militar especial” en Ucrania desde febrero de este año para defender a la población prorrusa de las dos regiones de la persecución de Kiev.
La guerra se ha extendido desde entonces para incluir otras regiones en el este y el sur de Ucrania.
Kiev ha definido una victoria militar como obligar a Rusia a salir de todos los territorios que actualmente están bajo el control de las tropas rusas en toda Ucrania además de Crimea.
La península de Crimea votó abrumadoramente a favor de unirse a Rusia en un referéndum realizado en 2014.
En el mismo año, las regiones del este de Ucrania de Donetsk y Lugansk se separaron de la ex república soviética, negándose a reconocer allí a un gobierno ucraniano respaldado por Occidente que había derrocado a una administración favorable a Rusia elegida democráticamente.
Desde el comienzo de la guerra de Ucrania, los países occidentales han estado bombeando a Ucrania con armas avanzadas, algo que, según Rusia, solo prolongaría la tensión y socavaría las posibilidades de su resolución política.
Estados Unidos ha superado a todos los demás patrocinadores occidentales de Ucrania en términos de apoyo armamentístico, ya que hasta ahora ha proporcionado a Kiev la friolera de 8.500 millones de dólares en ayuda militar.