El proyecto de desestabilizar Irán entra en la fase de realizar atentados terroristas, la última, pero también la más peligrosa etapa del guion de los enemigos.
Melhem Ria, director de la oficina de la cadena libanesa Al-Mayadeen en Teherán (capital persa), durante un programa emitido la noche del jueves que abordaba los atentados terroristas acaecidos el miércoles en las dos provincias iraníes de Juzestán e Isfahán, afirmó que “lo ocurrido es la última etapa de la conspiración planificada contra Irán y también la fase más peligrosa”.
Al respecto, explicó que los alborotadores y sus partidarios dentro y fuera de Irán fracasaron en sus intentos para atraer la opinión pública y convencer al pueblo para que los acompañen en generar caos en todo el país, debido a la unidad nacional de los iraníes y la prudencia de sus autoridades, por lo que ya han recurrido a poner en práctica la fase más peligrosa de su plan, es decir la acción armada.
“En esta etapa, los grupos terroristas y takfiríes se utilizan como palanca de presión contra Irán. Después del atentado de Shiraz, le tocó a Izeh en Juzestán y luego a Isfahán. El plan es disparar a la gente y a las fuerzas de seguridad e incluso a los niños de manera brutal”, lamentó el experto en los asuntos de Asia Occidental.
Melhem argumentó que el hecho de que los enemigos de Irán ahora recurran a los grupos terroristas y este tipo de acciones no solo revela el fracaso de su plan, sino, muestra su desesperación por hacer que la gente los acompañe y se posicione ante el Sistema político de la República Islámica.
Los hombres armados en motocicletas dispararon la noche del miércoles con fusiles contra una multitud en la localidad de Malek Shahr, un suburbio de la ciudad central de Isfahán. En el ataque perdieron la vida dos miembros de las fuerzas populares de seguridad (fuerza conocida en Irán como Basich) y un oficial de la Policía, además la prensa local informó de más de cinco heridos, entre civiles y fuerzas del orden.
Más temprano, en la misma jornada, otro ataque contra los policías y civiles en el mercado central de la ciudad de Izeh, en la provincia de Juzestán (suroeste de Irán), se ha saldado hasta ahora con la muerte de siete personas y dejó varios heridos.
Estos actos terroristas, que se suman a lo ocurrido el pasado 26 de octubre en el santuario de Shah Cheraq en Shiraz (suroeste), se produjeron después de las convocatorias de los grupos antiraníes para generar disturbios en Irán durante tres días, a partir del martes. A pesar de amplias propagandas en los medios antiraníes —canales de televisión financiados directamente por Arabia Saudí, el Reino Unido y EE.UU., y sus cuentas en las redes sociales— ni una congregación antigubernamental se registró en el país persa.
Las autoridades iraníes denuncian el papel directo de EE.UU., Israel y algunos de sus aliados occidentales y regionales en los disturbios y avisan que la seguridad y protección de la vida y la propiedad de los ciudadanos es su línea roja, prometiendo actuar con firmeza ante los que tratan socavar la paz nacional.