Israel ha desplegado en Cisjordania armas robóticas a control remoto, capaces de disparar gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y balas con punta de esponja.
Instaladas en una torre de vigilancia en el campo de refugiados palestinos de Al-Aroub, así como en la ciudad de Hebrón, las armas emplean inteligencia artificial para rastrear objetivos. Según el Ejército israelí, el sistema solo dispara municiones «no letales» con el fin de controlar multitudes.
Las armas se colocaron en los dos puntos críticos donde recientemente fueron detectados enfrentamientos regulares entre manifestantes y soldados. Ahora, con solo apretar un botón, las Fuerzas de Defensa de Israel podrán dispersar a los palestinos, un método que según el Gobierno israelí salvará vidas de ambas partes, recoge AP.
Las armas fueron fabricadas por Smart Shooter, una empresa que se dedica a «sistemas de control de fuego». Según la propia compañía, esos sistemas «aumentan significativamente la precisión, la letalidad y la conciencia situacional de las armas pequeñas».
Su presidente ejecutivo, Michal Mor, hablando en la sede de la compañía en Kibbutz Yagur en el norte de Israel, precisó que el arma requiere la selección humana de objetivos y municiones. «Siempre tienen a un hombre informado que toma la decisión sobre el objetivo legítimo», reiteró.
Sin embargo, el activista palestino Issa Amro señaló que los residentes de Hebrón tienen miedo a que los nuevos sistemas puedan ser mal utilizados o pirateados en situaciones potencialmente letales, además de sentirse molestos por su uso contra civiles. «No somos un entrenamiento y una simulación para las empresas israelíes», dijo Amro. «Esto es algo nuevo que debe ser detenido».
Por su parte, Dror Sadot, portavoz del grupo de derechos humanos israelí B’Tselem, destacó que «Israel está utilizando la tecnología como un medio para controlar a la población civil», y subraya que incluso las armas supuestamente no letales pueden causar un dolor extremo e incluso ser mortales.