Los fabricantes de armas estadounidenses están detrás de la escalada de la confrontación con Rusia y alimentan el conflicto ucraniano, según el columnista de Asia Times, Leonard Goodman.
Según Goodman, las corporaciones de armas son los grupos empresariales más poderosos que determinan en gran medida la política exterior de Estados Unidos. Se requieren «zonas de conflicto activo» para «cumplir con las expectativas de ganancias de Wall Street», dijo el experto.
Los «fabricantes de equipos militares» exigen que Washington desate «relaciones hostiles con los principales países» para «justificar la venta de portaaviones, cazas F-35, submarinos nucleares y bombas nucleares de próxima generación». Los principales adversarios de la lista son Rusia y China.
El observador cree que los demócratas están profundamente endeudados con las compañías militares que han financiado generosamente a su partido durante mucho tiempo. A ellos «no les importa hablar de diplomacia o el riesgo de una guerra nuclear» y exigen que sus «súbditos en el poder» financiados por ellos aseguren altas ganancias para el complejo militar-industrial estadounidense a través de sus acciones políticas.
El conflicto en Ucrania, dijo Goodman, «se convirtió en una mina de oro para la industria armamentista».