¿Rusia, responsable de una crisis alimentaria mundial?

La tendencia de moda hoy en las cancillerías occidentales, los países aliados y los medios de información hegemónicos es sostener, que la subida de precios de la energía —principalmente petróleo y gas— además del precio mundial de los alimentos es responsabilidad de Rusia.

Una idea que destaca la hipótesis que Rusia quiere, supuestamente, matar de hambre al mundo entero. Desde el 24 de febrero del 2022 la narrativa occidental, además de signar toda la responsabilidad de la guerra en Ucrania a la federación rusa, no pone un mínimo elemento de análisis por los años de crímenes del gobierno de Kiev contra la población del Donbás. La expansión de la organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN – hacia la frontera occidental rusa, la política de sanciones contra el gobierno ruso y en general una política de desestabilización bajo el marco de las llamadas revoluciones de colores – desde el fin de la ex URSS hasta la última de ellas ejecutada en Kazajstán -. Hoy se acusa a Rusia de generar una crisis alimentaria mundial como antes de chantajear al mundo con la hecatombe nuclear.

Objetivo: demonizar a Rusia

Los intentos de occidente – liderado por Washington y su brazo político militar como es la OTAN – de atribuir todos los problemas que sufre el mundo en su economía, principalmente en el ámbito alimenticio y energético a la operación militar especial de Rusia de desnazificar y desmilitarizar Ucrania, refleja la absoluta falta de fundamentos que ofrezca pruebas concretas sobre esta acusación. Más allá de lo que nos diga la cadena alemana de Noticias Deustche Welle, CNN, la BBC de Londres, medios franceses y aquellos satelitales como son los españoles e italianos, que con sus fake news – noticias falsas – lo que hacen es generar un peligrosísimo circuito de manipulación y desinformación. La creación de una política de desacreditar a Rusia, construir una opinión desfavorable contra Rusia, sus gobernantes y su gente. Ese es el objetivo: demonizar a Moscú, sindicarlo como culpable de nuestros pesares al ir al supermercado y ver como los precios alcanzan precios estratosféricos. Impidiendo ver que en el fondo se están enriqueciendo las cadenas, los intermediarios y todo aquel que ha hecho de la guerra su negocio.

 

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