Bandera blanca: EEUU admite tener un escudo inepto ante enemigos

 

El exasesor estadounidense John Bolton admite la incapacidad de los escudos antiaéreos de su país para sortear amenazas de Rusia y China, y urge mejorarlos.

En un artículo de opinión publicado el domingo en la página web del diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ), el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el mandato del presidente Donald Trump (2017-2021) pone de relieve la falta de preparación de la defensa antimisiles de Estados Unidos para repelar las amenazas que pueden provenir de China y Rusia.

En la publicación titulada ‘La defensa antimisiles es más urgente que nunca’, Bolton afirma que los sistemas antiaéreos de EE.UU. se encuentran en “estado deplorable” y no pueden proteger el país de los ataques con misiles balísticos.

Refiriéndose a informes, los cuales confirman que Irán ha desarrollado su primer misil balístico hipersónico y la posibilidad de que Corea del Norte realice una prueba nuclear, el exasesor subraya la necesidad de fortalecer la defensa antimisiles como una prioridad.

“Mientras nuestros rivales desarrollan nuevas tecnologías hipersónicas, las capacidades de disuasión de EE.UU. y la preparación del país para responder militar y simétricamente han disminuido”, alerta Bolton al respecto.

De igual modo, enfatiza que el peligro de un ataque con misiles en suelo estadounidense ha crecido significativamente en las últimas dos décadas, mientras las capacidades defensivas no se han mejorado adecuadamente.

Por su parte, el jefe del Comando Estratégico de EE.UU., el almirante Charles A. Richard, ha lanzado recientemente una advertencia similar y contundente sobre la amenaza nuclear que representa China y ha pedido mejorar las capacidades militares del país norteamericano.

Washington considera que las principales amenazas en su estrategia de defensa son Rusia y China y su preocupación se ahonda al ver que Pekín y Moscú fortalecen cada vez más su alianza estratégica.

Entretanto, Rusia y China acusan a EE.UU. de generar tensión e inestabilidad en el mundo, y subrayan que sus cooperaciones militares tienen solo carácter defensivo ante tales provocaciones de Washington y sus aliados y no representan ninguna amenaza para otras naciones.

 

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