El ministro de Economía, Robert Habeck, dice que Berlín actuará con cuidado en lo que respecta a su infraestructura crítica.
Alemania no es reacia al comercio con China en principio, pero hay ciertas áreas sensibles en la economía del país donde la inversión de Beijing puede no ser bienvenida, dijo el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck. La declaración se produjo poco después de que Berlín bloqueara las compras chinas de empresas que fabrican semiconductores y chips de computadora.
En declaraciones al medio de comunicación DW de Alemania en Singapur el domingo, Habeck dijo que Berlín está «por supuesto, interesada en el comercio con China, pero no en el estúpido comercio con China». Aclaró que Alemania busca proteger su “infraestructura crítica” y “sectores donde se desarrollan bienes y conocimientos críticos”.
“En las áreas problemáticas, tenemos que ser más cuidadosos que antes”, señaló el funcionario.
Sin embargo, el ministro se apresuró a agregar que esto no significaba desvincularse del país, que es el segundo mercado de exportación más grande de Alemania.
Habeck también señaló que el enfoque comercial de Berlín con Beijing es generalmente más suave que el de Washington.
El vicecanciller nombró a los sectores de telecomunicaciones, energía, chips y semiconductores como aquellos en los que el gobierno de Olaf Scholz busca conservar su “propia soberanía”.
A principios de esta semana, las autoridades de Berlín pusieron fin a dos compras chinas de empresas tecnológicas alemanas, citando el riesgo de que se pierdan conocimientos técnicos cruciales.
Habeck continuó citando infraestructura crítica como puertos, aeropuertos y hospitales como otra área donde la inversión china puede no ser bienvenida.
Refiriéndose a la compra parcial del mes pasado de una terminal en el puerto de Hamburgo por parte de la empresa china Cosco, que se llevó a cabo de manera diluida, el ministro admitió que preferiría que el acuerdo no se hubiera producido en absoluto.
Explicó que se necesitaba un compromiso para asegurar la «unidad en el gabinete», lo que implica que no todos los miembros de la coalición de tres vías del «semáforo» estaban de acuerdo con su postura dura.
Sin embargo, según Habeck, el gobierno de Olaf Scholz está unido en general cuando se trata de la estrategia china de Alemania.
El funcionario también argumentó que un ataque de China a Taiwán tendría ramificaciones más serias para la economía mundial que la actual campaña militar de Rusia contra Ucrania.
Habeck advirtió a las corporaciones multinacionales alemanas, que tienen una fuerte presencia en China, que deberían ser conscientes de los riesgos potenciales.