EE.UU. busca cómo mantener a los líderes europeos alineados con la estrategia de Washington respecto a Moscú, señalaron dos altos funcionarios estadounidenses a Politico. La presión de las sociedades europeas a sus gobiernos genera preocupaciones a ambos lados del Atlántico y una «avalancha de llamadas» internas entre los principales miembros de la Administración Biden.
El problema fundamental, según datos del medio, es que «algunos países con poblaciones que apoyan a Rusia están cada vez más enojados por las sanciones y culpan a Estados Unidos por el aumento de los costos», un sentimiento que podría presionar a los líderes europeos para que retiren el apoyo a las sanciones.
Las naciones de la UE están «realmente luchando por saber cómo manejar la crisis energética y están lanzando paquetes de ayuda al estilo covid para ayudar a los ciudadanos a superar el invierno», explicó el director del programa europeo en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Max Bergmann.
Además, señaló que la respuesta del Kremlin a las sanciones de la Unión Europea ha hecho que muchas capitales del bloque desvíen su atención del apoyo al Ejército de Ucrania hacia su propia necesidad de «lidiar con la crisis energética«.
Las autoridades de países como Hungría, uno de los miembros comunitarios más dependiente de los suministros de hidrocarburos rusos, declararon que no apoyarán el tope de precios para el gas ruso si la idea se incluye en el próximo paquete de sanciones contra Moscú.