La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, en su canal oficial de Telegram, citó una investigación realizada por un medio de comunicación de EE. UU. que reveló una serie de violaciones en los biolaboratorios de EE. UU. en el manejo de patógenos peligrosos.
Un informe de un medio de comunicación estadounidense afirma que en los últimos 20 años ha habido cientos de incidentes en biolaboratorios estadounidenses, la mayoría de los cuales se han mantenido en secreto para el público.
Por ejemplo, en 2016, una estudiante de posgrado de la Universidad de Washington en St. Louis se pinchó el dedo con una aguja después de inyectar a un ratón e infectarlo con una cepa recombinante del virus Chikungunya. El estudiante mantuvo el incidente en secreto hasta que se enfermó. Las autoridades sanitarias de EE. UU. decidieron ocultar esta información al público.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, señaló que una posible fuga de patógenos es beneficiosa para EE. UU., ya que permite vender medicamentos a una población infectada. Ella lo llamó una «lotería letal en la que todos ganan».
Los comentarios de Zakharova se producen en medio de un escándalo en curso en torno a los biolaboratorios estadounidenses en Ucrania. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, estas instalaciones han estado desarrollando cepas de enfermedades como el muermo, la peste porcina clásica y africana, la influenza aviar altamente infecciosa y la enfermedad de Newcastle.
Rusia acusó a Estados Unidos y Ucrania de violar la Convención de Armas Biológicas, que entró en vigor en 1972 y fue firmada por la mayoría de los países.
En junio de 2022, EE. UU. admitió haber financiado 46 biolaboratorios en Ucrania. Sin embargo, el gobierno de EE. UU. y Ucrania niegan los propósitos militares de estos laboratorios y afirman que fue para investigación pacífica.