Los países de Europa del Este se preparan para afrontar una nueva ola de refugiados ucranianos debido a la llegada del invierno y la intensificación de los ataques rusos contra instalaciones de infraestructura crítica, recoge Reuters.
«Un gran número de desplazados internos [de Ucrania] están actualmente alojados temporalmente en condiciones que no son adecuadas para el invierno», advierte el plan de contingencia del Gobierno de Eslovaquia, que prevé que unas 700.000 personas crucen sus fronteras en los próximos tres meses.
En la ciudad eslovaca de Kosice, situada a unos 100 kilómetros de la frontera con Ucrania, el número de refugiados ha aumentado un 15 % en las últimas semanas, indicó el coordinador de ayuda Roman Dohovic, quien precisó que la urbe ha estado proporcionado alojamiento a unas 60 personas diarias.
En Hungría, el número de llegadas diarias se ha multiplicado por diez, hasta alcanzar entre 300 y 500, desde que se intensificaron los bombardeos rusos, señaló Zsofia Dobis-Lucski, portavoz de la ONG Hungarian Reformed Church Aid, agregando que se espera que ese número aumente en las próximas semanas.
Mientras, en el centro de acogida local de Przemysl (Polonia) se encuentran alojadas actualmente unas pocas decenas de refugiados, pero este necesita «prepararse para el invierno», dijo un funcionario municipal. «Nos abastecemos constantemente de productos de higiene y alimentos», agregó.
- Desde el inicio del operativo ruso, un total de 4.697.154 de ucranianos, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), han sido registrados en distintos esquemas de protección temporal, mediante los cuales se les otorgan residencia, educación y derecho al trabajo. De ellos, 1.489.155 se encuentran en Polonia, 99.843 en Eslovaquia, 80.838 en Rumania y 31.290 en Hungría.