EE.UU. vuelve a enviar señales contradictorias a Kiev; aboga, por un lado, por el diálogo con Rusia y, por el otro, promete seguir enviando armas a Ucrania.
“Esta guerra solo terminará mediante el diálogo y la diplomacia. No puede concluir de una forma decisiva en el campo de batalla […]. Y en última instancia, eso tendrá que ser un proceso entre Ucrania y Rusia”, enfatizó el lunes el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, durante una rueda de prensa.
El mensaje de Washington, agregó, “es que esta guerra tiene que terminar diplomáticamente”, al tiempo que precisó que el futuro de Ucrania no puede resolverse sin ella.
Price reiteró la posición contradictoria de Washington con respecto a Ucrania cuando ratificó el compromiso de Washington de seguir dotando a Kiev con armas y equipos bélicos, así como con paquetes de rescate financiero y ayuda humanitaria.
Afirmó que las armas y ayuda financiera tienen como objetivo poner a Kiev “en la posición más fuerte posible cuando se establezca esa mesa de negociación”.
Las autoridades rusas han alertado una y otra vez que Estados Unidos está convirtiendo Ucrania en un “polvorín” al dotarla con sus armas y han pedido a Washington y sus aliados occidentales dejar de escalar las tensiones.
El lunes, el vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, reiteró la disposición de Moscú para sostener diálogos de paz con Ucrania, pero lamentó que las medidas del país eslavo impidan la oportunidad de platicar.
A principio de octubre, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, emitió un decreto que hizo “imposible” abrir un proceso de negociaciones con Moscú para terminar con la operación militar rusa en su territorio, iniciada a finales de febrero.
Días después de puesta en marcha la operación rusa, las delegaciones de Kiev y Moscú dieron inicio a tres rondas de negociaciones entre representantes de ambos países. Tras la finalización de la tercera, el líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski, resaltó que las expectativas que albergaban “no se habían cumplido”.