Al menos cinco militares sirios perdieron la vida el domingo en un ataque terrorista con drones en la provincia de Latakia, en el noroeste de Siria.
“Cinco soldados sirios murieron y otros cinco resultaron heridos en la provincia de Latakia a causa de una serie de ataques con drones lanzados por terroristas”, afirmó el jefe adjunto del Centro Ruso para la Reconciliación de Siria, Oleg Egórov.
El ataque fue perpetrado por terroristas del Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham), banda extremista que opera en el norte de Siria y tiene bajo su control la provincia de Idlib, último feudo de los takfiríes en el país levantino.
El ataque del Frente Al-Nusra tenía como objetivo posiciones y miembros de las fuerzas gubernamentales en la localidad de Jurin, 120 kilómetros al suroeste de Alepo.
En respuesta, la Fuerza Aérea de Siria bombardeó un complejo y destruyó un campo de entrenamiento y refugios subterráneos de la banda extremista, eliminando a 93 combatientes e hiriendo a otros 135.
También las tropas sirias destruyeron al menos 40 drones de ataque pertenecientes a los terroristas, anunció Egórov.
Lo que comenzó el 15 de marzo de 2011 como una manifestación pacífica en Siria, con la intervención extranjera, se ha convertido en una pesadilla viviente. Durante más de 11 años, el mundo ha mirado cómo Siria caía en una espiral de destrucción y derramamiento de sangre.
Los grupos terroristas y los llamados rebeldes sirios han violado los derechos humanos y la ley internacional humanitaria, hasta ahora con total impunidad.
Los poderes extranjeros, encabezados por EE.UU., comenzaron a tomar partido, enviando dinero y armamento para los grupos terroristas con el fin de aumentar el caos.
A pesar de que el Ejército sirio ha recuperado el control de las ciudades más grandes del país, no se atisba el fin de este conflicto, que ha sumido a la población siria en una situación límite.
Y ahora, la solución de la guerra en Siria se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y la de Astaná con la mediación de Rusia, Turquía e Irán.
Actualmente, los esfuerzos se centran en la búsqueda de una solución política a la crisis siria y el retorno de los refugiados.