Los países miembros del G7, junto con Australia (que no forma parte de dicho organismo), acordaron este jueves establecer un precio fijo para las compras de petróleo ruso que están dispuestos a hacer, en lugar de adoptar una tasa flotante.
«La coalición acordó que el límite será un precio fijo que se revisará periódicamente, en lugar de un descuento con respecto a un índice referencial», afirmó una fuente familiarizada con el asunto, citada por Reuters. «[La decisión] aumentará la estabilidad del mercado y simplificará su cumplimiento para minimizar la carga de los participantes», agregó.
De acuerdo con otra persona consultada por la agencia, a la coalición le preocupaba que un precio flotante, fijado por debajo del índice de referencia internacional Brent, pudiera permitir al presidente ruso, Vladímir Putin, «manipular» el mecanismo al reducir la oferta. De otra parte, según se hizo observar, la desventaja del sistema acordado es que requerirá más reuniones de la coalición y una mayor burocracia para revisarlo regularmente.
Aunque el precio inicial aún no se ha establecido, fuentes familiarizadas con la negociación aseguran que estará listo en «las próximas semanas».
El bloque del G7, formado por EE.UU., Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón, acordó en septiembre establecer topes al precio del petróleo ruso, medida que busca reducir los ingresos del país eslavo y limitar el impacto del conflicto en Ucrania sobre los precios energéticos a nivel mundial. Se espera que el acuerdo entre en vigor el próximo 5 de diciembre.