El consenso rusofóbico en el Congreso de Estados Unidos no cambiará después de la elecciones de medio mandato, en las que se configurará el poder legislativo del país norteamericano, declaró el embajador ruso para las Naciones Unidas, Anatoli Antónov.
«Sería ingenuo esperar algo bueno, que el 9 de noviembre, después de que los resultados hayan finalizado, las puertas se abran y ellos [los nuevos legisladores] estén contentos de ver a los diplomáticos rusos o al embajador ruso en la sede del Capitolio», dijo Antonov. «A pesar de que ganen la elección, este consenso rusofóbico permanecerá».
Sin embargo, dijo el diplomático, Moscú está listo para un cambio y no tiene problema reanudando contactos a lo largo de ninguna línea, pero Rusia «no correrá tras los estadounidenses, suplicándoles: conozcámonos, hablemos».
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se han esforzado en aislar a Moscú mediante un discurso rusofóbico y una política de sanciones comerciales y económicas.
Las elecciones intermedias de Estados Unidos se llevarán a cabo el 8 de noviembre. En los comicios serán elegidos los gobernadores de 36 estados y se definirán 435 escaños de la Cámara de Representantes, así como 35 escaños del Senado.
Las votaciones que se avecinan definirán el control que los partidos Demócrata y Republicano tendrán en el Congreso, actualmente del lado de los demócratas por un margen angosto.
Las encuestas apuntan que la probabilidad de victoria republicana en el Senado aumentó en las últimas semanas al 54%.
El presidente estadounidense Joe Biden ha utilizado el apoyo que su Gobierno ha enviado a Ucrania como moneda política durante su campaña, mientras que el Partido Republicano ha criticado duramente la aprobación y envío de apoyos millonarios.
El 21 de septiembre, ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Biden acusó a Rusia de las «amenazas irresponsables» de utilizar armas nucleares, retórica que ese país ha alimentado pese a que Rusia suscribió una declaración conjunta en la que se comprometió a evitar una guerra nuclear.