La inflación en el Reino Unido preocupa a los británicos. El aumento de los precios de los alimentos y de la energía ha hecho que la inflación se dispare.
Cientos de personas hacen cola frente a los bancos de alimentos incluso en Londres, la capital, para recoger una canasta de alimentos para tres días mediante un cupón. Entre ellos hay personas que nunca habían necesitado pedir ayuda.
La cifra de inflación en el Reino Unido superó el 10 por ciento en septiembre, ejerciendo aún más presión sobre los presupuestos familiares ya estirados. No pueden pagar las facturas y comprar alimentos. Según encuestas, millones de británicos se han visto obligados a saltarse comidas.
Los precios de la electricidad en Europa se han disparado hasta alcanzar nuevos récords, lo que presagia un amargo invierno en el que el conflicto ucraniano inflige dolor económico en todo el continente.
Aunque el Reino Unido no depende del petróleo ruso, el incremento de los precios de la energía y una inflación sin igual desde febrero de 1982 azotan a este país y a su gente.