Las tasas de natalidad históricamente bajas, la disminución de la población, el crecimiento de grupos de ancianos con necesidades especiales de atención médica y una caída en el número de contribuyentes son factores que requieren una alta inmigración, simplemente para mantener la economía finlandesa en funcionamiento, según un estudio reciente del gobierno.
Entre enero y septiembre de este año, el número de nacimientos en Finlandia alcanzó un mínimo histórico desde que comenzaron las mediciones en 1900.
Según las estadísticas preliminares de Estadísticas de Finlandia, nacieron 34.227 niños desde principios de año hasta septiembre en el condado de 5,5 millones, lo que marca una disminución de 3.539 nacimientos con respecto al año anterior.
Al mismo tiempo, la cantidad de muertes fue la más alta para el mismo período desde que comenzaron las estadísticas de muerte en 1945 con 46,111 personas fallecidas.
En las últimas décadas, Finlandia ha tenido una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. La tasa de fecundidad total se redujo de 1,87 hijos por mujer en 2010 a un mínimo histórico de 1,35 hijos por mujer en 2019. Finlandia experimentó un ligero repunte en los nacimientos al comienzo de la pandemia de COVID-19, que, sin embargo, no llegó a ser duradero.