Los candidatos presidenciales brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro redoblarán su ofensiva en la última semana de campaña para ganar votantes indecisos hacia la segunda vuelta de elecciones del 30 de octubre.
Coordinadores de las acciones proselitistas de ambos aspirantes al Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo) ratificaron que se mantendrá la cruzada en busca del elector que desconoce por quién votar o tiene alguna preferencia, pero puede cambiar de bando.
«Si alguien tiene dudas todavía, si por casualidad no votó (en la primera ronda del 2 de octubre), no hizo la biometría derecha, puede hacerla. Lulinha (en referencia a su persona) está loco para tener un voto más», afirmó recientemente el abanderado presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) en Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste).
Lula volvió a insistir el 20 de octubre a periodistas en Río de Janeiro que «nuestro primer objetivo es tratar de reducir el número de abstenciones, convencer a la gente de votar». Debemos «seguir yendo a las calles» y visitar a «las personas que no votaron» y «están indecisas», remarcó.
Convocó a conversar con los millones que dudan ante el receptáculo electrónico y “los que piensan abstenerse».
CRECIMIENTO DEL VOTO
Según el portal UOL, la campaña del líder petista espera una progresión de al menos 10 por ciento del total de votos en el segundo pleito de la consulta.
En el primer turno, Lula tenía 57,2 millones de papeletas (6,2 millones más que Bolsonaro), lo que engrandecería la base del extornero mecánico a cerca de 63 millones de votantes.
Para lo anterior se tiene además en cuenta la suma de votos de partidarios de los pretendientes derrotados en el primer escrutinio, la senadora Simone Tebet (Movimiento Democrático Brasileño) y el exministro Ciro Gomes (Partido Democrático Trabalhista (PDT).
Votaré en Lula “porque reconozco en él su compromiso con la democracia y con la Constitución, lo que desconozco en el actual presidente (Bolsonaro). Mi apoyo no será por adhesión. Mi apoyo es por un Brasil que sueña ser de todos”, afirmó Tebet, quien terminó en urnas con cuatro millones 915 mil 423 votos (4,16 por ciento).
También anunció su apoyo el PDT, que tuvo a Gomes como su postulante y quedó en cuarto lugar, con 3,5 millones de votos (tres por ciento).
Los dos presidenciables derrotados sumaron juntos 8,5 millones de votos en la primera consulta.
UOL asegura que en base a pesquisas internas y de intención de voto, la campaña petista espera acopiar cerca del 60 por ciento de ese electorado, unos cinco millones del sufragio.
La mayoría de los votantes de Gomes deben migrar a Lula y los de Tebet se inclinarían por el compromiso de la también abogada con el exsindicalista.
En la misma arista, Bolsonaro manifestó asimismo, el 22 de octubre, durante una live (transmisión en vivo por Internet) su inquietud por electores que no votan o invalidan.
«Vimos en algunos países de Suramérica que la cantidad de personas que no van a votar o anulan su voto es muy grande, porcentaje realmente decisivo. Entonces te pido que decidas, ni siquiera te pediré que votes por mí», demandó en la ocasión.
Adeptos del exparacaidista intentan convencer a simpatizantes de mantener la movilización en estados en los cuales el gobernante recibió más votos, como Sao Paulo, Río y Espíritu Santo.
De los más de 156 millones de brasileños que estuvieron aptos para votar en el primer referendo, 32,76 millones no comparecieron a las urnas.
Estadísticas oficiales indican que los votantes que se negaron a tomar decisiones políticas aumentó en 0,6 punto porcentual de la presidencial de 2018 a la de 2022. Pasó de 20,3 por ciento hace cuatro años a 20,9.
La mayoría de los indecisos actuales eligieron a alguien en 2018: un 34 por ciento votó por Bolsonaro contra un 25 que optó por el exgobernador Fernando Haddad, candidato presidencial del PT en ese plebiscito. Solo un 14 por ciento ejerció en blanco o nulo su derecho.
Analistas aseguran que el perfil de los votos volubles está distribuido ahora entre las dos campañas. Dan por sentado que Lula figura fuerte entre las mujeres, mientras Bolsonaro en el sector con ingresos más altos.
Investigaciones revelan que los vacilantes, que aún no eligieron candidato alguno, son en promedio un tres por ciento.
Ambos grupos anexados podrían representar un nueve por ciento del electorado, porcentaje que puede definir la votación.
Como en semanas anteriores y a la caza del voto fluctuante, el exsindicalista y el excapitán del Ejército concentrarán en la región sudeste de Brasil sus compromisos de campaña antes del histórico segundo escrutinio del domingo próximo.