Budapest está en desacuerdo con Bruselas en una serie de temas, incluidos Ucrania y los derechos LGBT. Hungría siempre ha resistido a los imperios y los ha sobrevivido, destacó el primer ministro Viktor Orban al hablar sobre los intentos de la UE de presionar a Budapest.
La declaración se produjo durante un discurso en la ciudad occidental de Zalaegerszeg, el domingo, dedicado al 66 aniversario del comienzo del levantamiento de 1956 en la entonces comunista Hungría, que finalmente fue reprimido por la Unión Soviética.
“No nos molestemos con aquellos que disparan a Hungría desde las sombras o desde las alturas de Bruselas. Terminarán donde lo hicieron sus predecesores”, dijo Orban. “Estábamos aquí cuando el primer imperio conquistador nos atacó, y estaremos aquí cuando el último se derrumbe”, continuó. “Soportaremos cuando debamos y retrocederemos cuando podamos.
Desenvainamos las espadas cuando existe la oportunidad y resistimos cuando llegan largos años de opresión». Luego agregó deliberadamente: «Somos victoriosos incluso cuando somos derrotados Bruselas acusó a Hungría, que es miembro de la UE desde 2004, de tener un historial democrático deficiente y citó la supuesta corrupción bajo Orban.
Ha amenazado al país con recortes de fondos. Budapest se ha negado a seguir la línea general del bloque sobre el conflicto de Ucrania y se ha negado a enviar armas a Kiev, a diferencia de muchos miembros de la UE. También ha criticado con frecuencia las sanciones impuestas a Moscú.
El viernes, el funcionario de alto rango del Ministerio de Relaciones Exteriores húngaro, Tamas Menczer, rechazó los llamados de la UE para que Rusia sea derrotada en Ucrania. Dudó que tal objetivo pueda siquiera alcanzarse e insistió en que “esta postura belicista de Bruselas prolonga el conflicto y el sufrimiento. Esto es extremadamente peligroso e inaceptable”.
A principios de septiembre, Mikulas Bek, ministro de Asuntos Europeos de la República Checa, advirtió que la postura de Hungría sobre Rusia podría, en teoría, terminar con su salida del bloque. Budapest “ha recorrido un largo camino, llegando al borde de un abismo, y ahora tiene que decidir si retrocede desde ese borde o arriesgarse a dar un salto”, dijo Bek