Jefe global de vigilancia nuclear quiere reunirse de nuevo con el presidente Putin de Rusia


El jefe de la OIEA, Rafael Grossi, discutió la situación en la planta de energía nuclear de Zaporozhye con el presidente ruso la semana pasada.

El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha expresado un cauto optimismo sobre las perspectivas de establecer una zona de seguridad alrededor de la planta de energía nuclear de Zaporozhye en el suroeste de Rusia para finales de año. También dijo a los periodistas que le gustaría reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin lo antes posible.

El martes, el medio ruso Ria Novosti publicó un artículo afirmando que Grossi había respondido afirmativamente cuando se le preguntó si planeaba visitar Rusia.

“Espero que [sea] lo antes posible”, agregó el jefe del OIEA.

Al comentar sobre la probabilidad de que se selle un acuerdo que establecería una zona de seguridad alrededor de la planta de Zaporozhye, Grossi dijo: “Creo que es posible. Tuvimos un diálogo muy bueno con el presidente Putin y el presidente [ucraniano] Zelensky”.

Grossi se reunió con Putin el martes pasado, antes de lo cual había visitado Ucrania, donde se sentó con Zelensky.

“Ahora más que nunca, durante estos tiempos extremadamente difíciles, se debe establecer una zona de protección alrededor de la ZNPP. No podemos permitirnos perder más tiempo. Hay mucho en juego”, advirtió en ese momento el jefe del organismo de control nuclear.

En los últimos meses, la planta de energía nuclear más grande de Europa ha sido bombardeada repetidamente, lo que hace temer un gran desastre nuclear.

Moscú y Kiev se han estado acusando mutuamente de los ataques.

A principios de septiembre, una delegación del OIEA encabezada por el propio Grossi visitó las instalaciones para examinar los daños en la planta de energía y también para establecer una presencia permanente allí.

Sin embargo, en ese momento la agencia internacional no repartió la culpa del bombardeo a ninguna de las partes.

La planta de Zaporozhye cayó en manos de las fuerzas rusas a principios de marzo, poco después de que Moscú lanzara su ofensiva contra el país vecino.

A fines de septiembre, la administración prorrusa en las partes de la región de Zaporozhye de Ucrania en poder de Moscú celebró un referéndum sobre la adhesión a Rusia. La gran mayoría de los votantes apoyó la adhesión del territorio a la Federación Rusa.

Poco después, el presidente Putin ordenó que las operaciones diarias de la instalación fueran transferidas a una subsidiaria de la empresa nuclear rusa Rosatom.

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