Alrededor de un centenar de manifestantes se reunieron frente al Departamento de Justicia de EE. UU. en el centro de Washington el sábado, instando a las autoridades a retirar los cargos contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y detener su extradición del Reino Unido.
El 17 de junio, la ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, aprobó la extradición del periodista australiano de 51 años a Estados Unidos, donde enfrenta una posible sentencia de hasta 175 años de prisión. WikiLeaks calificó la decisión de Patel como un día oscuro para la libertad de prensa y la democracia británica y prometió desafiar la orden.
Los manifestantes marcharon alrededor del edificio, sosteniendo una pancarta que decía «Libertad para Assange», y organizaron una protesta frente a la entrada.
Un activista, exanalista y oficial de casos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) John Kiriakou, enfatizó que la información publicada por Assange pertenece al pueblo estadounidense, que tiene derecho a saber qué hace el gobierno en su nombre.
Otro participante, Jeremy «Spike» Cohen, quien fue el candidato del Partido Libertario para vicepresidente de EE. UU. en 2020, señaló que tanto la administración estadounidense actual como la anterior tenían puntos de vista comunes sobre Assange, ya que el gobierno está controlado por el sector militar-industrial.
La líder del grupo Médicos por Assange, la doctora Jill Stein, subrayó que su posible extradición a Estados Unidos plantea grandes riesgos para su vida y «la vida de nuestra democracia».
Estados Unidos busca a Assange por cargos de espionaje después de que WikiLeaks publicara miles de documentos clasificados que arrojan luz sobre los crímenes de guerra cometidos por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán.