La aceptación del Gobierno de Venezuela, de servir de garante en el proceso de diálogo entre su par de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ratificó la voluntad de establecer relaciones políticas y diplomáticas duraderas.
Pero no solo eso, sino también alcanzar con el aporte y contribución de Caracas, el sueño de más de 200 años del Libertador Simón Bolívar en la búsqueda de la paz duradera y unión entre los pueblos, especialmente de dos naciones que nacieron como una sola y coexistieron entre 1819 y 1830.
El presidente Nicolás Maduro reconoció la voluntad política de su homólogo colombiano, Gustavo Petro, de propiciar, con el acercamiento de relaciones, dejar atrás el odio y conspiración permanente contra Venezuela, incrementado sustancialmente durante el mandato del expresidente Iván Duque (2018-2022).
Según el jefe de Estado de la República Bolivariana, “todas las conspiraciones venían de Colombia, que se convirtió en la base de la conspiración contra Venezuela”.
Los efectos de esa frustrada política, aupada y apoyada por Estados Unidos, generaron un estado de cosas que incidieron de manera negativa en las dos naciones, con afectaciones para ambos pueblos en todos los sectores de la vida común.
Pueden citarse la xenofobia contra migrantes que de uno y otro lado fluyeron por millones a través de la frontera, el cierre del comercio binacional, la proliferación de grupos armados, el tráfico ilícito de drogas y la minería, además del apoyo gubernamental colombiano a campañas desestabilizadoras dentro de Venezuela.
En todo ese escenario de confrontación, la situación llegó al paroxismo en febrero de 2019 con la ruptura de relaciones políticas y diplomáticas, provocada por la impertinencia del autoproclamado presidente Juan Guaidó en sus intenciones de violentar la legitimidad del gobierno constitucional.
Esta exacerbación del conflicto bilateral y las aspiraciones de Guaidó de asumir la presidencia venezolana contaron con el beneplácito de los gobiernos de Colombia y Estados Unidos y sus aliados, que atizaron el fuego hasta el propósito de asesinar a Maduro en un magnicidio.
En la carta enviada por el mandatario al 77 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y leída por su canciller, Carlos Faría, el gobernante bolivariano manifestó que imponiendo su relato falso “nos acusan de ser una dictadura y un estado fallido” para ocultarle al mundo la verdad.
Expresó que en lo político el imperialismo “viene empleando fallidamente” y de manera ilegal el método de cambio de régimen, así como propició un intento de magnicidio y de invasión.
Intento magnicidio a Maduro
En este escenario de confrontaciones de carácter ideológico asumió la presidencia el presidente Gustavo Petro, lo cual abrió nuevas posibilidades de esperanzas, distención y confraternidad para las dos naciones, y también para América Latina y el Caribe, y el mundo.
Caracas y Bogotá restablecieron las relaciones políticas y diplomáticas el pasado 29 de agosto con la entrega de las cartas credenciales al presidente Nicolás Maduro por el embajador colombiano aquí, Armando Benedetti.
El reencuentro quedó sellado el 7 de septiembre con igual procedimiento ante el mandatario Gustavo Petro por parte del embajador venezolano Félix Plascencia.
GARANTE DE PAZ
No pocos coinciden en que la carta enviada por el presidente colombiano a su similar venezolano para que sirviera de garante en el diálogo y posible acuerdo de paz con el ELN, constituyó también un reconocimiento a Caracas y la certeza de que sin su participación no podrán avanzar sus vecinos en los propósitos internos.
“ (…) me llegó una carta del presidente Gustavo Petro, de Colombia, proponiendo que Venezuela acepte el carácter de convertirse en garante de las negociaciones y acuerdos de paz del Gobierno colombiano con la guerrilla del ELN”, reveló Maduro durante un acto público.
Y para ser coherente con su pensamiento y doctrina, recordó al comandante Hugo Chávez “en su tiempo para garantizar los acuerdos de paz” entre el Gobierno neogranadino y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) en 2016.
Venezuela acepta el carácter de garante de las negociaciones y los acuerdos de paz de Colombia con el ELN, dijo el gobernante, a la par de añadir que “pondremos nuestra mejor voluntad por la paz total de Colombia”.
“Apostamos por la paz, por la seguridad, por la estabilidad del hermano país, porque significa la paz de Suramérica y de todo el continente”, remarcó.
Para el diputado venezolano Julio Chávez, la invitación de Petro “es un reconocimiento al esfuerzo de Venezuela en los últimos 20 años”, desde la llegada al poder del expresidente Hugo Chávez (1998-2013), en función de contribuir y apoyar el proceso de paz en Colombia.
En declaraciones a la agencia Sputnik, el también miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela manifestó que la inclusión de Caracas “es un reconocimiento a la coherencia histórica” de la diplomacia de los pueblos, identificada hoy aquí por las autoridades como “diplomacia de paz”.
Para el experto Franco Vielma, de Misión Verdad, la invitación al diálogo trasciende más allá de la vida de Colombia y, en el caso de Venezuela, “tiene varias implicaciones”.
Tanto para Caracas como para la región “reviste un hito”, apuntó, porque puede abrir paso de manera creíble a la estabilización de la nación vecina y poner fin al conflicto más largo del continente.
Venezuela podría jugar un rol constructivo en la negociación con el ELN, tal como ocurrió con el proceso de paz que se emprendió en su momento con las FARC-EP, afirmó Vielma.
Otro elemento que se suma a la trascendencia del hecho, fue la propuesta del ministro de Defensa colombiano, Iván Velázquez, al plantear que estos diálogos se celebren en el límite entre los dos países porque “es algo más simbólico hacerlo en la frontera que en Caracas o Bogotá”.
Para el alto mando castrense, la frontera es el mejor sitio porque es, además, “la demostración de un entendimiento” en el territorio, en la proximidad de los dos países, con las poblaciones.
FRONTERA COMÚN
Ya es un hecho que desde el 26 de septiembre la frontera común de dos mil 219 kilómetros quedó abierta en forma paulatina al tráfico vehicular y peatonal, tras siete años de forzado cierre que dio al traste con el natural intercambio entre sus habitantes y el fluido comercio bilateral.
La línea divisoria fronteriza, de manera intencionada por las autoridades de los dos países, fue la protagonista del restablecimiento de relaciones con encuentros importantes como los efectuados por los ministros de Defensa Vladimir Padrino (Venezuela) y Velázquez.
El juicio de este último, el nuevo entendimiento tiene que darse también entre las fuerzas armadas venezolanas y colombianas porque puede “contribuir a la seguridad de la frontera”.
Tras el encuentro en el Destacamento 212 del Comando de Zona Número 21 de la Guardia Nacional Bolivariana en San Antonio del Táchira, Padrino calificó en Twitter de “fructífera la reunión” en la cual acordaron “realizar una hoja de ruta”, en el marco del restablecimiento de la cooperación entre Colombia y Venezuela.
Padrino y Velázquez
Los límites fronterizos de Cúcuta, Norte de Santander, y San Cristóbal, estado Táchira, fueron protagonistas también del singular Encuentro Binacional de Poetas La Paz nos Une, en el que más de una veintena de intelectuales unieron sus voces por la reconciliación y la hermandad.
“Una gran noticia porque después de la hostilidad y las batallas que sembraron en nuestros caminos las oligarquías, los hemos despejado para darnos un abrazo en el campo de la poesía», expresó el ministro venezolano de Cultura, Ernesto Villegas.
Ministros de Cultura Venezuela y Colombia
La ministra colombiana de Cultura, Patria Ariza, manifestó por su parte sentirse “muy feliz” al formar parte de esta gran jornada de integración entre dos países que “nunca más pueden volver a estar divididos».
El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, indicó a la prensa que el cierre de la frontera paralizó la vida económica, política y cultural de todo el eje fronterizo colombo-venezolano, y convocó a consolidar los municipios fronterizos como punto de integración y motor económico en beneficio de todo el occidente del país.
Es una gran noticia para los campesinos, porque se ahorrarán 100 dólares por tonelada”, escribió Benedetti en su cuenta en Twitter.
El diputado Daza, en tanto, consideró previsible un incremento acelerado de la relación comercial, manifestado ya, opinó, en las conversaciones de los grupos empresariales pequeños, medianos y grandes venezolanos y colombianos.
Estimó que esa es la “ecuación perfecta” de la cooperación en economías que son altamente complementarias.
¿Cómo no recordar al Comandante (Hugo) Chávez cuando la unidad renace entre Colombia y Venezuela y cuando los vientos de cambio llegan a todo el continente?, se preguntó el legislador.