La «anexión» de las regiones ucranianas agrava aún más la situación en el país, dijo el principal diplomático del bloque.
La adhesión de cuatro antiguas regiones ucranianas a Rusia hace que el conflicto en Ucrania sea imposible de terminar, dijo el sábado el alto diplomático de la UE, Josep Borrell.
En declaraciones al canal español RTVE, el alto representante del bloque para asuntos exteriores describió la inminente inclusión de las dos Repúblicas de Donbass, y las regiones de Zaporozhye y Kherson, en la Federación Rusa como una “anexión” y un acto de “agresión completamente injustificada”.
“Putin hace que sea más difícil, incluso imposible, que termine la guerra”, dijo Borrell.
La UE está comprometida a continuar con su apoyo militar a Ucrania, subrayó el diplomático. El bloque también tiene la intención de seguir adelante con otro paquete de sanciones contra Moscú “para que Rusia quede aislada internacionalmente”, agregó. Rusia ha advertido constantemente a Occidente que no «infle» a Ucrania con armas, diciendo que solo prolongaría el conflicto.
La afirmación de Borrell de que la “anexión” de nuevos territorios por parte de Rusia pondrá en peligro aún más una solución pacífica a la crisis de Ucrania se hizo eco de las declaraciones anteriores del secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Hablando en la víspera de la ceremonia de adhesión de las antiguas regiones ucranianas, Guterres condenó en términos muy enérgicos tanto su inclusión en Rusia como los referéndums anteriores, y pidió a Rusia “que se aleje del borde”. En respuesta, Moscú acusó al secretario general de abusar de su autoridad.
Mientras tanto, Putin advirtió a las autoridades ucranianas y a sus «controladores» occidentales que las personas que viven en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como en las regiones de Kherson y Zaporozhye, se han convertido en ciudadanos rusos «para siempre» porque tomaron la decisión de » estar con su Patria.” En su discurso en la ceremonia de firma de los tratados de adhesión, el presidente también acusó a Occidente de soñar “con debilitar y fragmentar a Rusia”, de estar “dispuesto a cruzar todas las líneas para preservar el sistema neocolonial” y de derrocar a los tradicionales. valores, lo que, en opinión de Putin, equivale a “puro satanismo”.
El presidente ruso llamó a Kiev a “volver a la mesa de negociaciones”. Su homólogo ucraniano, Vladimir Zelensky, sin embargo, dijo que su país estaba listo para dialogar con Rusia, pero “con otro presidente”.