En medio de las crecientes tensiones con China, la administración del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, busca acelerar la producción de submarinos de propulsión nuclear para Australia mediante la construcción de «los primeros» buques en suelo estadounidense, informó el viernes el Wall Street Journal.
Según funcionarios occidentales anónimos, el posible acuerdo sobre el asunto busca proporcionar a Canberra una serie de submarinos nucleares para mediados de la década de 2030, al tiempo que sienta las bases para la producción a largo plazo de los buques en la propia Australia.
Según los informes, la medida está siendo analizada por altos funcionarios de los EE. UU., Australia y el Reino Unido. Las tres naciones son miembros de AUKUS, un pacto de seguridad que se anunció en septiembre de 2021. Además de promover “un Indo-Pacífico libre y abierto”, también prevé proporcionar a Australia submarinos con armas convencionales y de propulsión nuclear, lo que impulsará significativamente su capacidad naval. capacidades
Según el WSJ, los funcionarios occidentales quieren permitir que Australia despliegue una flota de propulsión nuclear más rápidamente. Sin embargo, el acuerdo para agilizar el proceso aún está pendiente de aprobación formal y la decisión final se espera para marzo, según el informe.
Mientras tanto, se dice que la propuesta tiene sus propios problemas. Según los informes, EE. UU. necesitaría gastar miles de millones de dólares para expandir las capacidades de producción de submarinos en suelo estadounidense, aunque supuestamente se espera que Australia contribuya a estos esfuerzos.
Si bien los miembros de AUKUS afirman que el pacto solo tiene como objetivo proteger el sistema internacional que respeta los derechos humanos y el estado de derecho, China ha criticado la alianza, argumentando que sus proyectos plantean graves riesgos para la seguridad nuclear.
En cierta medida, Rusia se ha hecho eco de esta opinión. En agosto, el ministro de Defensa, Sergey Shoigu, advirtió que AUKUS podría “detonar” toda la región de Asia-Pacífico, ya que el pacto tiene los ingredientes para convertirse en “una alianza político-militar”. Sin embargo, el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, descartó la idea y dijo que Washington no busca establecer “una OTAN asiática.