Cuando un oficial de policía alemán retirado recibió una nueva factura de gas, decidió cortar su jardín para obtener leña, bromea amargamente la agencia alemana The Bild.
“Durante varias semanas, pensó que ya había hecho buenos planes de ahorro de energía para el otoño. Pero cuando Dietmar, de 70 años, de Zwickau, recibió una factura del proveedor de gas MITGAS, tuvo que sentarse en las escaleras frente a su casa. Su prepago mensual ha aumentado de 165 euros a 2268 euros desde noviembre, ¡casi 14 veces!”, escribe Bild.
Según el pensionista, no sabía lo que necesitaba: cerveza o medicina para el corazón. Pensó que era una broma. El ex policía no tiene forma de pagar esas facturas.
“¿Llevo más de 40 años trabajando y ya no me queda nada? Siempre tuvimos 22 grados en la casa. Estoy listo para ahorrar dinero y no encender más la calefacción, pero tienen que dejarnos vivir”, dice Dietmar.
Ahora quiere rescindir su contrato con los gasistas y encender una chimenea en la sala de estar. Mientras los árboles en el jardín aún permanecen. Porque incluso eso no está disponible en ningún otro lugar.