Bruselas está examinando la posibilidad de un precio máximo para todo el gas importado a la UE, incluido el gas natural licuado (GNL), dijo el miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
«El GNL es escaso y se puede desviar a diferentes regiones… [Queremos] seguir siendo competitivos para los proveedores de GNL, pero asegurarnos de que los precios que pagamos no sean extraordinariamente altos sino dentro de un rango decente», dijo a los periodistas. Los países de la UE importan principalmente el costoso GNL de EE. UU. y Qatar, y lo utilizan para diversificar las importaciones de gas a la luz de la reducción de los suministros de Rusia. Sin embargo, algunos analistas advierten que los productores podrían no estar ansiosos por suministrar el combustible a los países europeos si se limitan sus ganancias.
Von der Leyen señaló que la promulgación de la propuesta no es inminente y que se discutirá más a fondo en una fecha posterior.
Sin embargo, dio a conocer una serie de otras propuestas destinadas a abordar el empeoramiento de la crisis energética de la UE, incluido un plan para todo el bloque para reducir el consumo de electricidad, un límite de precio para el exceso de ingresos obtenido por las empresas involucradas en energía renovable y nuclear, un mecanismo para capturar las ganancias que obtienen las empresas de combustibles fósiles debido al aumento de los precios, un programa de ayuda estatal para las empresas de servicios públicos y un límite de precio en las importaciones de gas de tuberías rusas.
Al comentar sobre el último de estos, dijo que el mecanismo es necesario para “recortar los ingresos de Rusia que Putin usa para financiar esta guerra atroz contra Ucrania”. Señaló que desde que Rusia lanzó su operación militar en Ucrania, la participación del gasoducto ruso en las importaciones totales de la UE se redujo del 40% al 9%, mientras que Noruega reemplazó a Rusia como el principal proveedor de gas del bloque.