La economista británica Beverley Nielsen puso hoy en dudas las promesas hechas por la nueva primera ministra conservadora, Liz Truss, para sacar al Reino Unido de la crisis y convertirlo en una “nación con aspiraciones”.
Por muy cautivadores que sea los empleos bien remunerados y la rebaja de impuestos, las promesas de transformar al Reino Unido en una nación con aspiraciones podrían resultar vacías, frente a los vientos adversos a nivel mundial, declaró a Prensa Latina la profesora de Economía Política de la Universidad de la Ciudad de Birmingham.
Truss, quien ganó el concurso de liderazgo interno organizado por el gobernante Partido Conservador para elegir al sustituto del dimitente Boris Johnson, anunció la víspera que implementará cuanto antes un “plan audaz” para lidiar con el costo de la vida y con el nuevo aumento de la tarifa eléctrica que regirá desde octubre.
La flamante primera ministra dijo que reducirá los impuestos y tomará medidas para aliviar el impacto de la crisis energética sobre millones de hogares británicos.
En opinión de Nielsen, el recorte impositivo propuesto por Truss resulta muy riesgoso, por la inestabilidad de los mercados y el encarecimiento de los préstamos.
Su promesa de ayudar con las facturas de electricidad y gas por supuesto que es bienvenida, pero depende mucho de los detalles que todavía no conocemos, acotó.
Según la economista, se rumora que Truss está dispuesta a ofrecer préstamos por un total de 130 mil y 140 mil millones de libras esterlinas (entre 150 mil y 160 mil millones de dólares) a las compañías de electricidad y gas y a las pequeñas empresas para congelar el precio máximo de la tarifa energética en unos dos mil 500 libras (dos mil 800 dólares) anuales.
La desventaja de este enfoque, explicó Nielsen, es que ofrece el mismo nivel de ayuda a todos los hogares, independientemente de cuánto necesite cada uno, mientras que las compañías energéticas continúan obteniendo ganancias multimillonarias, con bonos y pagos récord para sus directores.
Respecto a la promesa de Truss de unificar a los conservadores después de las fisuras que dejó el escandaloso mandato de Johnson, opinó que todo dependerá de la conformación del gabinete y de lo que logre hacer en los primeros días de gobierno.
Si solo se rodea de sus aliados más cercanos, enojará a otros correligionarios, pero si incluye a otros diputados conservadores, entonces quizás logre unir a un partido muy dividido, señaló Nielsen.
Agregó que si Truss no logra cumplir alguna de sus promesas de campaña en los primeros 15 o 20 días de mandato, sería difícil predecir cuánto tiempo podrá permanecer en el cargo, porque los tories seguirán divididos y los legisladores, dijo, temerán por su propio futuro.
Quizás la lluvia que cayó (la víspera) antes de su discurso frente al número 10 de Downing Street sea un presagio de las lágrimas que se derramarán, sentenció Nielsen. rgh/nm