Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania el 24 de febrero tras una solicitud de las dos repúblicas de Donbass para protegerlas contra los ataques de las fuerzas ucranianas. La operación se produjo después de que Kiev no implementara los acuerdos de Minsk sobre la reintegración de Donbass en el transcurso de ocho años.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha atribuido la responsabilidad de la tragedia en Donbass al «régimen neonazi» ucraniano, y ha subrayado que todos los intentos de Moscú para resolver el problema de forma pacífica han fracasado.
“Esta [tragedia] es el resultado de las acciones del régimen neonazi nacionalista, que tomó el poder [en Ucrania] por la fuerza en 2014 y luego lanzó hostilidades en Donbass. Llevó a cabo dos importantes operaciones militares [en Donbass] usando artillería , aviación, equipo pesado, etc. Y esto es lo que todavía está sucediendo allí”, dijo Putin.
El presidente afirmó que era obligación de Rusia ayudar a la gente de Donbass, quienes, dijo, estaban defendiendo valientemente su tierra a veces mejor que los militares profesionales.
Moscú lanzó la operación militar especial en Ucrania por orden de Putin tras la solicitud de la República Popular de Donetsk (DPR) y la República Popular de Lugansk (LPR) para defenderlas de los ataques de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Estos ataques han continuado con diferente intensidad durante los últimos ocho años desde que DPR y LPR anunciaron su independencia. Putin describió las acciones de Kiev en Donbass como «genocidio».
Las dos repúblicas declararon su, independencia en 2014 en respuesta a un golpe ilegal que tuvo lugar en Kiev y llevó al poder a políticos de mentalidad nacionalista. Las repúblicas de Donbass y su población mayoritariamente de habla rusa temían que las nuevas autoridades infringieran sus derechos, especialmente el derecho a usar y estudiar el idioma de su elección