El anuncio de que el gasoducto Nord Stream I permanecerá cerrado indefinidamente ha generado incertidumbre y miedo entre los líderes de la Unión Europea (UE), que dependen en gran medida del gas proveniente de Rusia.
Una vez más, las sanciones económicas en contra de Moscú son un tiro de gracia para Occidente. La exdirectora ejecutiva de la Energy UK Trade Association, Angela Knight, reconoció que Rusia ha sabido mover sus fichas mejor que el bloque europeo en la llamada «guerra económica».
El hecho que sembró el temor en la Unión Europea fue el anuncio de la compañía rusa Gazprom sobre la suspensión indefinida de operación del gasoducto Nord Stream I, el cual abastece de gas a buena parte del territorio europeo.
La zona euro depende mucho de Rusia en materia de combustibles. Casi el 40% del gas que consume proviene de territorio ruso, según han reconocido los líderes europeos. En el petróleo la dependencia es menor, aunque considerable: 26%. Sin embargo, desde el pasado 30 de mayo, el bloque vetó a más de dos terceras partes de las exportaciones de gas ruso a la UE. El objetivo es que, para finales de 2022, la región reduzca sus importaciones de este energético desde suelo ruso hasta en un 90%.
Sin embargo, el temor a un posible desabasto de energía es una realidad entre los 27 países miembros de la Unión Europea.
«Hemos entrado en pánico como país, Europa también ha entrado en pánico, y no es sorprendente y no lo critico», comentó la exdirectiva de la asociación comercial de la industria energética del Reino Unido en una entrevista con la agencia estadounidense Bloomberg.
En varias ocasiones, el Gobierno del presidente Vladímir Putin advirtió que las sanciones en contra de Rusia acabarían por afectar a toda la economía europea. Sin embargo, a seis meses del inicio del conflicto en Ucrania, Occidente se empeña en mantener una política de castigo en contra del Kremlin.
«En realidad, Putin está jugando muy bien la guerra económica. Está jugando la guerra psicológica extremadamente bien […]. En realidad, durante los últimos 20 o 25 años, ha habido una visión [europea] sobre la política energética que ha dado lugar a muchas dependencias de países externos y que no son del todo amigables», aseguró Knight, quien también fue directora de la Asociación de Banqueros Británicos.
El Gobierno ruso ha dicho que, si existen obstáculos para regularizar el suministro de gas a Europa desde la Federación de Rusia, se debe a las consecuencias de las sanciones que le han impuesto a Moscú, no a una negativa del Kremlin. Sin embargo, Occidente insiste en que la culpa es del país euroasiático.
Angela Knight, exdiputada del Partido Conservador de su país, también criticó que la Unión Europea nunca diseñó un modelo energético autosustentable, aunque reconoció que la globalización impide analizar los problemas desde una visión del autoabasto, ya que en estos tiempos todas las naciones son dependientes entre sí.
«Hoy soy un gran creyente en el comercio internacional y no creo que debamos ser insulares, pero sí creo que necesitamos más seguridad energética y sí creo que necesitamos más seguridad en nuestros alimentos», comentó la exfuncionaria británica.
«Lo que ha sucedido es que nos hemos alejado demasiado de esa seguridad personal, de esa seguridad del país [Reino Unido], y nos hemos metido demasiado en dependencias que eran de larga distancia, potencialmente hostiles, y que nos hemos cegado a las consecuencias porque el suministro era barato y abundante y razonablemente local. Nos hemos equivocado en nuestra política energética durante mucho, mucho tiempo», señaló Knight.