«Macron ha fracasado estrepitosamente en su misión de mediación y trata de encargar a otros países el papel de negociador», así opina Farjad Ibragimov, experto ruso en Irán y miembro del Club de Debates Valdái, quien comentó la posibilidad de que Irán participe como mediador entre Rusia y Ucrania.
«El presidente Macron fracasó estrepitosamente en su etapa de mediador. Macron no pudo hacer nada para evitar la situación con la central nuclear de Zaporiyia, siendo uno de los miembros de peso de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] y el jefe de la potencia nuclear. Podría haber hecho esfuerzos para evitar que se produjera esta crisis. Pero ocurrió, incluso por culpa del propio Macron y sus declaraciones», dice Ibragimov.
El analista reitera que los propios europeos no han podido hacer nada para calmar la situación en la vía ucraniana. Por eso, el intento de Macron «parece una desesperación: ya no sabe a quién recurrir para que la situación se resuelva».
«Y ahora el presidente francés intenta trasladar la responsabilidad de la negociación a otros países, representados por Irán, por ejemplo».
Macron partió del hecho de que Irán es un socio estratégico de la Federación Rusa. Las relaciones de Teherán con Moscú se han fortalecido mucho últimamente.
«Probablemente el presidente Macron pensó que, por estas razones, Irán podría convertirse en un mediador en la cuestión ucraniana. Sólo hay que darse cuenta de que aunque la república iraní ha intentado mostrarse lo más positivamente posible como negociador Irán nunca ha participado como mediador durante su historia», estima.
Y aunque el experto considera que la propia República Islámica tiene el potencial de ser un mediador, al mismo tiempo «hay que entender una cosa, con el ejemplo de Turquía: en la cuestión de la operación especial militar rusa en Ucrania, los negociadores no aportan nada positivo, al contrario, a veces sólo pueden escalar la situación«.
«Rusia ha fijado sus propios objetivos para la operación, que debe cumplir sin demora. Por lo tanto, los negociadores no podrán influir ni cambiar este curso», considera.
«El presidente Macron parte de esta misma posición: si Irán se convierte en el negociador, podrá influir de alguna manera en la posición de Rusia. Esto es un engaño y una ingenuidad por parte de los europeos. Irán es muy consciente de que aunque se convierta en una plataforma de negociación su papel de mediador sólo consistirá en poner su territorio a disposición de las reuniones entre las delegaciones rusa y ucraniana, nada más».
«Mientras no se logre el objetivo designado —la desnazificación y desmilitarización de Ucrania— la operación especial militar no terminará, independientemente de los países que actúen como negociadores o mediadores: Irán, Turquía o los países europeos. Irán ya tiene problemas con el OIEA [el Organismo Internacional de Energía Atómica], es poco probable que pueda resolver la situación con Zaporiyia», puntualiza.
«En el contexto de la cuestión de la central nuclear de Zaporiyia, Irán definitivamente no puede mediar de ninguna manera, incluso a pesar de la declaración sobre la disposición de la misión de mediación», apunta.
«El propio Irán tiene grandes problemas con el OIEA en relación con el acuerdo nuclear. Por lo tanto, es poco probable que Teherán pueda desempeñar el papel de negociador para desactivar la amenaza nuclear en torno a la central nuclear de Zaporiyia. Lamentablemente, los inspectores del OIEA no se comportan con la objetividad que deberían. Esto se ve claramente en el caso del acuerdo nuclear con Irán».
Su comportamiento es subjetivo y está bastante politizado, considera Ibragimov.
«Por lo tanto, hoy en día el propio Irán necesita que su problema nuclear se resuelva con la ayuda de los negociadores. Irán apenas es capaz de convertirse en un mediador y negociador serio en la resolución de crisis complejas como la ucraniana».