Aunque Kosovo y Serbia llegaron a un acuerdo hace unos días para evitar un conflicto ante las imposiciones que Pristina pretende aplicar a los serbios, el ambiente entre ambas naciones es de incertidumbre.
Este 1 de septiembre se venció el plazo que estableció el Gobierno no reconocido de Kosovo para que la población serbia tramite cédulas de identificación y matrículas oficiales de Pristina. Esta medida, en teoría, quedó inactiva luego de que el pasado 27 de agosto ambas partes llegaran a un acuerdo bajo la observación de la Unión Europea (UE).
En aquella ocasión, Serbia aceptó suprimir los documentos de entrada y salida para los residentes kosovares, y Kosovo, por su parte, aceptó no introducirlos para los residentes serbios.
No obstante, el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, insiste en que sí se exigirá la documentación oficial solicitada a partir del 1 de septiembre, periodo en el que el costo del trámite también incluirá el pago del VAT y de impuestos.
Periodistas de Sputnik lograron recabar algunos testimonios de población serbia que vive en el norte de Kosovo.
«Creemos que esta crisis puede superarse sin necesidad de que escale o se presenten disturbios. Apoyo el acuerdo de las tarjetas de identificación. También creo que Pristina revertirá los estrictos requerimientos para las placas y nos permita vivir una vida normal», declaró Alexander P. (nombre ficticio).
Los testigos señalan que las calles lucen vacías, tranquilas, pero con un incremento en la presencia policial en las zonas fronterizas con Serbia.
El posicionamiento de Kurti se ve reflejado en la presencia de las Fuerzas Especiales de la Policía de Kosovo en su frontera norte, lo que ha sido interpretado por el alcalde de Leposavic, Zoran Todic, como una situación «alarmante» que «muestra las intenciones de Pristina».
Incluso se ha reportado una fuerte presencia de las Fuerzas Especiales kosovares en la mayoría de las comunidades serbias de Kosovo, principalmente en los puntos de revisión ubicados en Brnjak y Jarinje.
«Tenemos confianza en Serbia. Sabemos que estamos a salvo cuando nuestros líderes están con nosotros. Sí, tenemos miedo porque sólo somos personas defendiendo las puertas de sus casas con sus propias manos, mientras escuchamos a las sirenas aullando en nuestras espaldas. Y del otro lado están las fuerzas especiales armadas [de Kosovo], y sólo están esperando una excusa para usar sus armas contra nosotros. Esperamos que Pristina sea lo suficientemente inteligente y que alguien de la comunidad internacional disuada a Kurti y reduzca su apetito por el Norte de Kosvo y Metohija», declaró un pensionado bajo condición de anonimato.