Moscú no busca la falta de unidad en la UE, aunque el bloque se beneficiaría de escuchar voces disidentes, dice Maria Zakharova.
Rusia no sigue una política exterior destinada a dividir a Occidente, o a la UE en particular, a pesar de las afirmaciones en contrario, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova.
Sin embargo, el bloque podría beneficiarse de ser más tolerante con las voces disidentes, considerando cuánto se ha lastimado a sí mismo con su enfoque «unido» hacia Rusia, dijo en una entrevista radial el miércoles.
Zakharova comparó a la UE con el grupo de ciegos de la pintura ‘El ciego guiando a otro ciego’ del artista renacentista holandés Pieter Bruegel el Viejo.
“Están unidos. Nadie en este grupo, que están siendo conducidos a una zanja, expresa dudas, objeciones, preguntas o protestas”, dijo.
El enfoque de Bruselas hacia Rusia es similar, sugirió la portavoz, y señaló las «extrañas iniciativas suicidas que se atribuyen a la UE, pero que en realidad son impuestas o plantadas» por una fuerza externa.
Agregó que cuando se trata de Rusia, el bloque no tolera las voces disidentes, lo cual es sorprendente, dado que la UE dice apreciar la democracia, un sistema en el que se supone que se aprecian las opiniones que difieren de la línea de pensamiento dominante.
Si bien muchos políticos occidentales afirman que Rusia quiere dividir el bloque con sus políticas, este no es el caso, dijo Zakharova. “En todo caso, nuestro objetivo es devolver el sentido común a las relaciones internacionales”.
Sus comentarios se produjeron durante una discusión en la entrevista de radio sobre la propuesta de prohibición de visas para los rusos de la UE. El plan es promovido por Ucrania y algunos estados miembros de Europa del Este, pero las naciones de Europa Occidental como Alemania y Francia creen que se deben adoptar restricciones menos radicales.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, sugirió esta semana que podría ocurrir una implosión dentro de la UE a menos que todos los estados miembros sigan la política de línea dura hacia Rusia que ha adoptado Varsovia.