La crisis energética en Italia es cada día más preocupante, ya que los precios mayoristas del gas se han disparado hasta niveles vertiginosos, lo que a su vez puede provocar la quiebra de innumerables industrias que dependen de la electricidad producida con gas ruso.
Italia, como la mayoría de sus vecinos europeos, ha revisado su estrategia energética tras el inicio de la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia, el mayor proveedor de gas de Roma, que representa más del 40% de las importaciones.
En un intento por diversificar su suministro de gas, Roma ha cerrado nuevos acuerdos con Argelia y ha planificado la construcción de nuevas infraestructuras gasistas, una medida que incluye la compra de más GNL y la instalación de nuevas plantas de gasificación.
Italia depende del gas fósil [sic] para el 40% de su producción de electricidad, con la consecuencia de que los costos de electricidad se han vuelto locos.
Nuestro sistema industrial depende en gran medida de la electricidad producida por gas; el riesgo es que los productos de nuestras siderúrgicas y de nuestros fabricantes pronto queden fuera del mercado.
El lobby industrial de Italia, Confindustria, ha advertido sobre el riesgo de quiebras generalizadas de empresas si los precios de la energía siguen aumentando de esta manera. Confidustria hace un llamado al gobierno para crear un plan de racionamiento de gasolina y otorgar nuevos subsidios para proteger a los fabricantes.
Los precios del gas han subido recientemente a más de 320 € por megavatio hora, tres veces el precio registrado a principios de julio y alrededor de un mil por ciento más en comparación con el mismo período hace un año.
Las empresas han criticado la tasa como insostenible, mientras que los grupos de consumidores la han descrito como una emergencia.
El impacto en el italiano promedio será dramático. Espero una remodelación profunda de nuestras vidas y energía futura.