Serbia prometió riquezas por abandonar Kosovo


Un enviado de EE. UU. le dijo a un afiliado de CNN que la prosperidad en la UE espera si Serbia “se aleja de la narrativa

Cuanto antes Serbia reconozca la independencia de Kosovo, antes podrán ambos reunirse en el próspero abrazo de la UE, en el que la antigua Yugoslavia impulsará toda la economía del continente, dijo el viernes el enviado de Estados Unidos para los Balcanes, Gabriel Escobar, en una entrevista con una filial local de CNN.

“Creo que tenemos que alejarnos de la narrativa de que Kosovo es Serbia y avanzar hacia la narrativa de que Kosovo y Serbia son Europa”, dijo Escobar a N1 TV en la embajada de Estados Unidos en Belgrado.

“Tienen un futuro común, y ese futuro se está alejando rápidamente de los problemas de la década de 1990 y rápidamente hacia las oportunidades del siglo XXI”, agregó.

En ese futuro, los remanentes de Yugoslavia se convertirán en el “motor de crecimiento para Europa, para todo el continente”, explicó Escobar, un centro de producción de energía renovable, tecnología de la información, navegación y transporte.

“Entonces, la realidad es que, eventualmente, todos estarán vinculados de todos modos”, comenzando a través de algunos acuerdos económicos regionales como la iniciativa “Abrir los Balcanes”, y “eventualmente a través de la Unión Europea. Cuanto más rápido podamos resolver algunos de estos problemas, más rápido podremos llegar a este futuro de oportunidades”, concluyó el enviado estadounidense.

Escobar estuvo en Belgrado para reunirse con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el negociador de la UE, Miroslav Lajcak. Reconoció que Estados Unidos «no es un participante», pero «apoya el diálogo» entre Serbia y Kosovo con la mediación de la UE.

A principios de semana, se reunió con el presidente interino de Kosovo, Vjosa Osmani, cuya oficina estaba decorada con una bandera de «Dardania», un proyecto político de unir todas las tierras de los Balcanes reclamadas por personas de etnia albanesa en un solo estado.

La última ronda de diplomacia itinerante se produjo antes del 1 de septiembre, la fecha límite establecida por las autoridades de la provincia separatista serbia para deshacerse de las placas de matrícula serbias y los documentos de identificación de los serbios étnicos que viven en el norte de Kosovo. La decisión de Pristina de imponer las medidas a fines de julio desencadenó protestas locales y barricadas en las carreteras, y Belgrado prometió actuar para detener “otro pogromo”. Después de varias horas de tensión, el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, decidió “aplazar” la medida a instancias del enviado estadounidense en Pristina.

Desde entonces, la policía de la UE y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN se han desplegado con fuerza en los municipios del norte de Kosovo, donde los serbios étnicos son mayoría, y prometieron detener cualquier barricada o protesta, pero no la confiscación de documentos por parte del gobierno de etnia albanesa.

La OTAN ocupó Kosovo en 1999, después de una guerra aérea de 78 días contra la entonces Yugoslavia. La provincia de Serbia declaró su independencia en 2008, con el apoyo de Occidente. Mientras que Estados Unidos y la mayoría de sus aliados lo han reconocido, Serbia, Rusia, China y la ONU en general no lo han hecho.

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