Los desafíos de cooperación entre México y EEUU por la reducción de agua en el Río Colorado

 
El Departamento del Interior de Estados Unidos determinó moderar el flujo de agua del Río Colorado como parte de una estrategia para hacer frente a la sequía histórica que enfrentan tanto el río como el país.
Nacido en las Montañas Rocosas en el Norte de Colorado, EEUU, este río desemboca en el Golfo de California, hábitat natural de la vaquita marina, y es el principal proveedor de agua de las zonas áridas de la cuenca que recorre, en ocasiones la única fuente de agua disponible, de acuerdo con información de la Fundación Aquae.
Las aguas del Río Colorado alimentan a unas 40 millones de personas tanto de Estados Unidos como de México, con impacto en las entidades mexicanas de Baja California y Sonora, y las estadounidenses de Colorado, Utah, California, Nevada y Arizona.
Así, toda decisión en torno al flujo de esta riqueza natural tiene un impacto en ambos países, asunto sobre el que seconsultó al maestro en estudios México-Estados Unidos Juan Daniel Garay Saldaña, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para indagar en los alcances de la más reciente determinación del Departamento del Interior de la Administración de Joe Biden.
 

Antecedentes de un recorte

El ajuste determinado por Washington en torno al flujo del Río Colorado se inscribe en los acuerdos en materia de aguas suscritos por Estados Unidos desde 2019, recuerda Garay Saldaña.
«Bajo esta situación de sequía que enfrentan ambos países, no solamente este año sino ya de años previos, se había acordado esta reducción, ahorita el anuncio por supuesto sorprende por la situación grave que enfrenta el norte del país, también por supuesto el sur en Estados Unidos, de reducción de agua en los ríos y en las presas», apunta el académico.
«La reducción para México es en un porcentaje importante», reconoce el estudioso.
 
 
El académico Garay Saldaña, sin embargo, apunta que el mayor desafío lo encara precisamente Baja California, pues Sonora tiene otras fuentes de abasto de líquido.
«En el caso específico de Baja California ahí sí se encuentra un mayor problema porque el único abasto hídrico que tiene es el del Río Colorado, y este porcentaje de alrededor del 8% por supuesto afecta de manera importante a todas las zonas agrícolas de la zona y el consumo de agua para el ser humano», distingue.
«Tal vez se está minimizando esta situación», opina en referencia a que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró que se tiene bajo control el escenario.
El secretario Samaniego compartió que se mantienen mesas de trabajo permanente con la federación para garantizar los derechos de agua de las ciudades de la entidad.

Las sequías, agudización

Si las condiciones ambientales de México fueran regulares, estas reducciones al flujo del Río Colorado no serían tan graves, apunta Garay Saldaña, sin embargo el contexto de sequía que atraviesa el país, con disminuciones históricas del volumen de agua de cuerpos como el lago Mead y otros ríos, agudizan la situación.
«Bajo la luz de estas sequías graves que enfrenta el país, definitivamente es un golpe muy importante para la población de esta región», estima.

La responsabilidad cooperativa ante el cambio climático

Más allá del caso específico del Río Colorado, tanto Washington como la Ciudad de México deben considerar que detrás de la reducción del afluente del cuerpo de agua hay una situación más grave, apunta el egresado de la UNAM, que es el cambio climático, un problema que demanda estrechar intercambios ambientales.
«Ambos países deben de ir más hacia atrás, deben de ir hacia una cooperación en términos de combate al cambio climático, al calentamiento global», aprovechando que el Gobierno de Biden ha dado relevancia al tema ambiental, apunta Garay Saldaña.
«Deben de ir más hacia la raíz y no para tratar de paliar el problema, los acuerdos deberían de estar en el combate al cambio climático y no tanto en este otro sentido, más reactivo», valora

Políticas públicas inteligentes

El especialista universitario en la relación entre México y Estados Unidos considera que el país latinoamericano debe plantear políticas públicas inteligentes para la administración de sus recursos hídricos.
En tanto, el titular de Protección del Agua de Baja California asevera que la entidad emprende campañas de concientización para que la ciudadanía aproveche los recursos hídricos de manera eficiente a nivel doméstico, comercial, industrial y de gobierno.
Garay Saldaña agrega que si bien es poco lo que puede hacerse ante las sequías, México tiene mucho trabajo pendiente en materia de diseño de estrategias ante la escasez de líquido.
«(Las sequías) están afectando como nunca se había observado sobre todo la región norte de la república mexicana», apunta, por lo que lo último que debe pasar es una división entre los tres niveles de gobierno de México, donde cada administración reparta culpas entre los demás.
«Se tienen que coordinar los estados, la federación, la sociedad civil, la propia academia, los científicos, para resolver este problema o al menos tratar de mitigarlo, disminuirlo un poco, porque finalmente aquí es un poco el resultado también de las acciones del hombre en el medio ambiente», cierra el egresado de la UNAM.