Crecen los temores de recesión en la eurozona a medida que disminuyen las actividades comerciales


Crecen los temores de recesión en la eurozona a medida que disminuyen las actividades comerciales

Sigue aumentando la evidencia de que Francia y la Eurozona se enfrentan a un largo período de recesión. La producción económica francesa acaba de contraerse por primera vez en 18 meses, y la actividad empresarial de Alemania se desplomó aún más. La disminución de la producción y la demanda tiene demasiadas causas para enumerarlas.

A los seis meses de disturbios en Ucrania, los costos de importación de energía de Europa ahora se han cuadruplicado. El costoso conflicto no muestra signos de alivio, ya que Bruselas ha abandonado los esfuerzos diplomáticos con Moscú.

La sequía actual en todo el continente parece ser la peor de los últimos 500 años, perjudicando el rendimiento de los cultivos, provocando incendios forestales y aumentando el pesimismo. Eso ayudó a empujar al euro a su nivel más bajo en 20 años: el euro ahora vale menos que el dólar estadounidense.

A pesar del creciente pesimismo el mes pasado, el Banco Central Europeo decidió subir las tasas de interés por primera vez en 11 años. Eso hace que los préstamos sean aún más costosos para las empresas y las personas, y podría provocar despidos masivos, quiebras y ejecuciones hipotecarias.

Estados Unidos ha aumentado las tasas de interés más rápido que en Europa, al tiempo que indica que pronto llegarán más aumentos de tasas. Desde que comenzó la Gran Recesión, los bancos centrales occidentales han alineado sus políticas generales, aunque no se mueven al unísono.

Se espera que la crisis del costo de vida empeore significativamente este invierno. Sin embargo, muchos dicen que una perspectiva negativa para el bloque macroeconómico más inestable del mundo se describe con mayor precisión en años y no solo en temporadas.

Los analistas dicen que una posible solución a la crisis energética de Europa es implementar el pacto JCPOA sobre el programa de energía nuclear de Irán. Sin embargo, tanto Washington como Tel Aviv continúan obstaculizando la capacidad de Europa para proteger sus propios intereses económicos.

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