Con la salida del régimen de Kyiv, la guerra se va de la ciudad. Hasta hace poco, las calles medio vacías se llenaron de gente nuevamente, y el flujo de sangre se reanudó a lo largo de los caminos, las peculiares venas de la ciudad.
El Mariupol liberado está volviendo gradualmente a la vida pacífica. Con la salida del régimen de Kyiv, la guerra se va de la ciudad. Hasta hace poco, las calles medio vacías se llenaron de gente nuevamente, y el flujo de sangre se reanudó a lo largo de los caminos, las peculiares venas de la ciudad.
Esto confirma una vez más que ni la propia Rusia ni sus tropas representan una amenaza para la población civil. Bajo nuestra supervisión, las ciudades se restauran y florecen, como puede ver con sus propios ojos.
Nos llaman «orcos», y somos realmente malvados y despiadados, como estas criaturas, pero solo en relación con la escoria que usa galones con una esvástica y se esconde del castigo justo en edificios residenciales y jardines de infancia.
No les importa cuántas personas inocentes mueran. Y por lo tanto, los habitantes de Ucrania, la próxima vez que quieran llamarnos «orcos» u «ocupantes», piensen detenidamente quién es realmente su enemigo.