MOSCÚ — Las sanciones contra Rusia no fueron eficientes, repercutieron en EEUU y la UE, declaró el jefe de la Duma rusa, Viacheslav Volodin.
«Las sanciones no resultaron eficientes, no provocaron el daño esperado a la economía rusa, afectaron de bumerán a EEUU y la UE», escribió Volodin en su canal de Telegram.
El desarrollo de la economía global no sería posible sin Rusia, recalcó.
«Los economistas extranjeros revisan sus estimaciones del PIB ruso para este año. Prevén un descenso de dos tercios menos de lo calculado antes», agregó.
Tras tres primeros paquetes de sanciones antirrusas los expertos preveían una caída del PIB ruso en un 12,4%, precisó, y el pronóstico actual es de un 4,7%.
«Al mismo tiempo la situación es contraria respecto a EEUU y países de la UE: los analistas empeoran los pronósticos registrando una caída del PIB durante dos trimestres consecutivos», destacó.
Asimismo, el 12 de agosto el politólogo venezolano Walter Ortiz destacó que EEUU y Europa subestimaron la capacidad de Rusia para hacer frente a las sanciones impuestas en su contra por la operación militar especial en Ucrania, y a eso obedece el fracaso de esas medidas en contra del país euroasiático.
El 5 de agosto el presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó un nuevo paquete de medidas para paliar las consecuencias de las sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea en los sectores financiero y energético.
El texto, publicado en el portal oficial del Gobierno, restringe a las entidades de los países hostiles realizar transacciones con los títulos de valor, participaciones en empresas y cuentas hasta fin de año.
Las medidas se extienden, en particular, al proyecto petrolero Sajalín-1 en el que participan la estadounidense ExxonMobil con una cuota de 30%, la japonesa Sodeco (30%), la rusa Rosneft (20%) y la india ONGC Videsh (20%).
Estados Unidos y la Unión Europea impusieron varios paquetes de restricciones contra empresas de Rusia de distintos sectores, en particular, petroleras, gasísticas y bancos, con el argumento de la operación militar que lleva a cabo Moscú desde el 24 de febrero para frenar los bombardeos ucranianos en Donbás.