Kosovo lanza advertencia a Serbia


Kosovo se está preparando para un conflicto armado con Serbia y está listo para enfrentarse a su oponente, Albin Kurti, quien ocupa el cargo de primer ministro en la provincia separatista serbia, dijo a Reuters el miércoles.

“Tenemos nuestras instituciones y órganos de seguridad y defensa; Kosovo es un estado ahora, este no es el año 1998”, dijo el funcionario citado. “Esto es 2022, entonces estamos mucho más preparados para defender nuestra soberanía, integridad territorial, para defender nuestra democracia, estado de derecho, constitucionalidad y para defender nuestro progreso”.

Kosovo se separó de Serbia en una sangrienta guerra de guerrillas a fines de la década de 1990, que terminó a favor de Pristina luego de que la OTAN emprendiera una campaña de bombardeos contra Belgrado en 1999. independencia formal en 2008, pero Belgrado y naciones como Rusia y China no lo hicieron.

Predominantemente de etnia albanesa, Kosovo también tiene una minoría serbia. Unos 50.000 de los serbios viven en las partes del norte que limitan con la Serbia controlada por Belgrado. El mes pasado, se avecinaba una crisis por el intento de Pristina de hacer cumplir una ley que exige que los conductores utilicen matrículas de Kosovo, una política que ha sido durante mucho tiempo un problema desencadenante.

La represión planificada provocó protestas masivas de los serbios en Kosovo, que erigieron barricadas y se enfrentaron a las fuerzas policiales, ya que el gobierno de Kosovo dijo que prohibiría que los vehículos con matrícula serbia cruzaran la frontera. La tensión se disipó después de que EE. UU. y la UE presionaran a Pristina para que retrasara un mes el plazo del 1 de agosto.

Kurti alegó que la crisis había sido planeada por Moscú, el aliado tradicional de Belgrado, supuestamente para distraer la atención de la operación militar rusa en Ucrania.

“El despótico presidente [Vladimir] Putin es un hombre de guerra y estaría interesado en extender la guerra porque quiere normalizar la guerra”, dijo a Reuters.

Rusia acusó a Pristina de provocar la escalada y sugirió que Washington había sido el beneficiario, a expensas de Europa.

“La UE, tal como lo hizo en el caso de Ucrania y en el caso de las sanciones contra Rusia, está siguiendo las instrucciones de Washington, en contra de sus propios intereses”, dijo la semana pasada el enviado ruso en Belgrado, Alexander Botsan-Kharchenko. “Washington se beneficia de un conflicto latente. Se beneficia de mantener la situación al borde del colapso”.

El ex enviado especial de Washington para asuntos de Kosovo, Richard Grenell, también cree que Pristina, y Kurti personalmente, fueron los responsables de la crisis. El primer ministro está “intentando una vez más dárselo [a] Serbia”, tuiteó el exfuncionario, que sirvió bajo el presidente Donald Trump y ayudó a resolver un enfrentamiento en 2020.

Grenell y Kurti han tenido conflictos en el pasado. El funcionario kosovar acusó al estadounidense de orquestar un golpe parlamentario contra su gabinete. Su primer mandato como primer ministro duró solo cuatro meses y se descarriló por una moción de censura en marzo de 2020, pero volvió a ocupar el cargo en marzo de 2021.

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