Estados Unidos aborda los ataques a la planta de energía nuclear en manos de Rusia


La Casa Blanca respondió a los informes de ataques ucranianos en Zaporozhye exigiendo la retirada del ejército ruso.

La Casa Blanca pidió el lunes a Rusia que “devuelva el control total” de la planta de energía nuclear Zaporozhye cerca de Energodar a las autoridades de Kiev. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso acusó a las fuerzas ucranianas de “terrorismo nuclear” por bombardear dos veces las instalaciones controladas por Rusia desde el viernes.

“Combatir cerca de una planta nuclear es peligroso”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a los periodistas a bordo del Air Force One el lunes, en un vuelo con el presidente Joe Biden a Kentucky para recorrer las áreas dañadas por las inundaciones.

“Seguimos pidiendo a Rusia que cese todas las operaciones militares en las instalaciones nucleares ucranianas o cerca de ellas y que devuelva el control total a Ucrania”, añadió Jean-Pierre. “También somos conscientes de los informes de maltrato del personal y aplaudimos a las autoridades y operadores ucranianos por su compromiso con la seguridad nuclear en circunstancias difíciles”.

El lunes, el gobierno de Kiev pidió que se estableciera una zona desmilitarizada alrededor de la central eléctrica más grande de Europa. La instalación de Zaporozhye ha estado en manos rusas desde febrero, y su personal ucraniano continúa operando y suministrando electricidad a Ucrania.

Rusia ha acusado a Ucrania de “terrorismo nuclear” por los repetidos ataques a la instalación. La 44.a Brigada de Artillería de Ucrania disparó contra la planta el domingo desde el pueblo de Marganets, en el lado opuesto del gran embalse de agua de Kakhovka, dijo el general Igor Konashenkov en una sesión informativa el lunes. Fue la segunda vez que los bombardeos ucranianos provocan un incendio y un corte parcial de energía en la planta desde el viernes, agregó. Las tropas ucranianas atacaron la planta de Zaporozhye con varios drones suicidas a fines de julio.

Kiev ha afirmado que las tropas rusas estaban utilizando las instalaciones como zona de preparación, pero también que los rusos se estaban bombardeando a sí mismos. Moscú ha rechazado ambas acusaciones. El Kremlin ha pedido a los “países que tienen una influencia absoluta en el liderazgo ucraniano” que ordenen a Kiev que ponga fin a los bombardeos.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó los ataques “suicidas” en la planta y expresó la esperanza de que los inspectores internacionales puedan acceder pronto a las instalaciones.

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