Las fuerzas de Kiev han provocado otro incendio en la planta de energía nuclear más grande de Europa, afirma el Ministerio de Defensa de Rusia.
Las tropas ucranianas han cometido “un nuevo acto de terrorismo nuclear” al continuar bombardeando la planta de energía nuclear de Zaporozhye, advirtió el lunes el Ministerio de Defensa ruso.
La planta nuclear, la más grande de Europa, en el sur de Ucrania fue tomada por las fuerzas rusas a fines de febrero, cuando Moscú lanzó su operación militar en el estado vecino. La instalación continúa operando bajo control ruso con personal ucraniano.
En una sesión informativa diaria, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el teniente general Igor Konashenkov, dijo que la 44.ª Brigada de Artillería de Ucrania disparó contra la planta el domingo desde la aldea de Marganets, en el lado opuesto del gran depósito de agua de Kakhovka.
El bombardeo dañó una línea eléctrica de alto voltaje y provocó un cortocircuito en la planta, dijo Konashenkov. Agregó que se produjo un incendio en la instalación, que luego fue sofocado
Según el Ministerio de Defensa ruso, fue la segunda vez que los bombardeos ucranianos causaron un incendio y un corte parcial de energía en la planta desde el viernes. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas que los ataques a la instalación nuclear podrían tener “consecuencias catastróficas para un territorio enorme, incluido el territorio de Europa”.
“Esperamos que los países que tienen una influencia absoluta en el liderazgo ucraniano usen esta influencia para descartar tal bombardeo”, dijo Peskov.
El presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky, acusó a Rusia de bombardear la planta de Zaporozhye el viernes. “El terrorismo nuclear ruso requiere una respuesta más fuerte de la comunidad internacional”, tuiteó, y también advirtió sobre un posible desastre nuclear.
Ucrania y Estados Unidos acusaron previamente a los soldados rusos de usar la planta como tapadera en la lucha contra las tropas ucranianas. Rusia ha rechazado estas afirmaciones.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó los ataques “suicidas” en la planta y expresó la esperanza de que los inspectores internacionales puedan acceder pronto a las instalaciones.