NOM PEN — El viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán tendrá un costo muy alto para el país norteamericano, aseguró el ministro de Exteriores de China, Wang Yi.
«Esa vulgar comedia tendrá graves consecuencias para Estados Unidos y toda la responsabilidad por ello recaerá en Washington», dijo el jefe de la diplomacia de Pekín, en un encuentro con su par ruso, Serguéi Lavrov, al margen de la reunión de ministros de Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que acoge Camboya.
Con su «visita apresurada» a Taiwán, Pelosi violó el principio de una sola China y los acuerdos chino-estadounidenses, subrayó el canciller chino.
«(Ese viaje) ha sido un atentado grave contra la soberanía y la integridad territorial de China», remarcó.
Wang recalcó que las tentativas de Estados Unidos y otros países occidentales de manipular la cuestión taiwanesa no darán resultados.
«Nadie, ninguna fuerza política, ningún país podrá separar a Taiwán de China», apostilló.
Pelosi efectuó el 2 y 3 de agosto una visita a Taiwán elevando al límite la tensión entre China y Estados Unidos. El Gobierno de Pekín advirtió al presidente estadounidense, Joe Biden, que su país estaba jugando con fuego. Desde la Casa Blanca se distanciaron del viaje de Pelosi, afirmando que la legisladora tomaba sus propias decisiones.
Pekín condenó enérgicamente la visita de Pelosi, calificándola de una «burda provocación política» y aseguró que tomaría «medidas apropiadas para proteger con firmeza la soberanía y la integridad territorial del país».
China respondió al viaje de Pelosi con ejercicios militares en el estrecho de Taiwán y sanciones económicas.
Los vínculos entre China y la isla de Taiwán se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago.
Las relaciones entre Taiwán y la China continental se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
La política fundamental del Gobierno chino respecto a Taiwán es la reunificación pacífica bajo el principio «un país dos sistemas».