A pesar de que Estados Unidos no ha cesado su apoyo económico y armamentístico a Ucrania, la Casa Blanca ha ido reduciendo su confianza en el presidente del país europeo, Volodímir Zelenski, de acuerdo con filtraciones a la prensa.
El periodista Jim Geraghty reveló, en un artículo el National Review, presuntas filtraciones desde la Casa Blanca al New York Times que señalan una notable pérdida de confianza de la Administración de Joe Biden en el mandatario de Ucrania, en un momento en que el conflicto de Kiev con Moscú no ha terminado.
Además, el comunicador recordó que el 17 de julio Zelenski despidió al fiscal general de Ucrania y al director de la agencia de inteligencia interior, su más radical cambio de gabinete desde que Rusia comenzó su operación militar especial en territorio ucraniano.
Geraghty atribuyó esta situación a dos posibles motivos: uno, que el presidente Biden desea poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania y Zelenski no está cooperando, por lo que la Casa Blanca está perfilando el terreno para dejarlo colgado.
La otra es que Estados Unidos considera que no está ganando el conflicto y está perfilándose para usar al presidente de Ucrania como chivo expiatorio, en un escenario donde Washington plantee que hizo todo lo posible para apoyar a la defensa del pueblo ucraniano, pero que los esfuerzos se descarrilaron por incompetencia, corrupción y luchas intestinas.
«Putin sabe que cuando yo sea presidente de Estados Unidos habrán terminado sus días de tiranía y de tratar de intimidar a Estados Unidos y a países de Europa del Este», declaró Biden durante su campaña presidencial, recordó el periodista, sin embargo una vez que tomó posesión dijo que buscaba más bien una relación predecible y estable con Rusia.
Así, el mandatario estadounidense pronto aceptó la propuesta del presidente de Rusia de extender cinco años el acuerdo de reducción de armas, además de que redujo la oposición estadounidense al gasoducto Nord Stream 2 y declinó perseguir la riqueza de Putin mediante sanciones, apuntó el analista de National Review.
Además, Biden aumentó las importaciones de crudo ruso y no arribó a la Casa Blanca en busca de agudizar la confrontación con el Kremlin, señala el periodista.
Biden nunca quiso involucrarse en un conflicto bélico en terceros países con Rusia y ahora se encuentra en uno por Ucrania, valoró Geraghty, e incluso insinuó antes del inicio de la operación militar especial que una ligera actividad rusa en territorio ucraniano no desplegaría el rechazo de Estados Unidos ni la respuesta de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Ahora, ante las considerables consecuencias del conflicto, reflejadas en el aumento de precios de energéticos y alimentos, crisis alimentaria y un posible invierno crítico europeo, probablemente el presidente estadounidense sólo quiere salirse del problema, valoró el periodista político.
Si Ucrania cede su posición en el Donbás para alcanzar el objetivo del acuerdo de pacificación, agregó, a Estados Unidos nunca le preocupó quién controla esa región.