Aunque de forma oficial la Casa Blanca aseguró que respetaba las decisiones de la presidenta de Nancy Pelosi, la realidad era muy distinta: en Washington DC se respiraba un ambiente de incomodidad por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Taiwán.
La situación geopolítica entre Estados Unidos y China no era la mejor, y eso lo sabía el presidente Joe Biden y su círculo más cercano cuando la política demócrata estaba en vísperas de viajar a la isla pese a las constantes advertencias de Pekín de que no lo hiciera.
Información publicada por la agencia estadounidense Bloomberg revela que los altos funcionarios de la Casa Blanca «estaban furiosos» por la insistencia de Nancy Pelosi de realizar su viaje, al cual tomó como la «piedra angular» o el «colofón» de su carrera, una de las más longevas para una mujer en la política estadounidense.
De hecho, la Administración de Joe Biden envió a funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado para que le comunicaran a la legisladora y a su equipo los peligros y las consecuencias geopolíticas que se derivarían de la visita a Taiwán.
«Cuando quedó claro que no se podía convencer a Pelosi, la Administración planificó las contingencias, poniendo en marcha un plan para asegurarse de que los canales de comunicación con Pekín funcionaran y, de este modo, se mermaran las consecuencias [por la decisión de Pelosi]», señala la nota de Bloomberg, basada en fuentes que pidieron el anonimato.
El 4 de agosto, el Gobierno de China ordenó la ejecución de ensayos militares con fuego real en zonas cercanas a Taiwán, como respuesta a la visita de Pelosi a la isla disidente de las autoridades chinas. Estados Unidos criticó que el gigante asiático inicie acciones militares, pero tampoco retiró sus embarcaciones militar de la región.
John Kirby, coordinador del Consejo de Seguridad Nacional, advirtió que las Fuerzas Armadas estadounidenses mantendrán patrullajes marítimos y aéreos de manera constante en la zona durante las próximas semanas, en medio de la escalada de tensiones entre Pekín y Washington.