La promoción del libre comercio y la integración regional en la gran Eurasia puede convertirse en una prioridad para la política exterior rusa en los próximos años, dice Aleksey Drobinin, estratega principal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
La idea detrás de la llamada Gran Asociación Euroasiática (GEP) es fomentar las relaciones económicas entre las naciones sin interferir con sus políticas internas. Serviría como “un contorno marco para la integración económica y la seguridad, que estaría abierto para todas las naciones y organizaciones del continente”, según Drobinin.
“Su valor agregado sería la conjunción armónica de proyectos de integración, estrategias nacionales de desarrollo, cadenas productivas y logísticas y corredores de transporte de energía”, escribió en una nota magistral, publicada este miércoles.
El GEP fue propuesto por primera vez por el presidente Vladimir Putin en 2015. Promovió sus méritos a fines de mayo cuando se dirigía a los líderes de la Unión Económica Euroasiática, un organismo de integración regional que incluye varias ex repúblicas soviéticas.
Putin llamó a GEP “un gran proyecto de civilización” destinado a “cambiar la arquitectura política y económica de todo el continente, convertirse en una salvaguardia de estabilidad y prosperidad que daría cuenta de la diversidad de modelos de desarrollo, culturas y tradiciones de todos los pueblos.