Una gran crisis entre Estados Unidos y China estalló el martes cuando la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llegó a la provincia disidente de Taiwán, ignorando las múltiples advertencias de Beijing.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, criticó a Washington por sus acciones con respecto a Taiwán y señaló que Estados Unidos quiere demostrar «impunidad», demostrando al mundo que puede salirse con la suya.
La declaración de Moscú se produce después de que Pelosi viajara a la isla para reunirse con sus autoridades, lo que enfureció a China. A la llegada de Pelosi a Taipei, Beijing lanzó una serie de ejercicios militares cerca de Taiwán y restringió la navegación en el Mar de China Meridional.
Beijing señaló que la visita socava las relaciones bilaterales y viola la política de Una China, que estipula que Taiwán no es una nación independiente, sino parte de China.