El líder húngaro dijo que sus ciudadanos quieren que Bruselas se mantenga al margen de la política energética del país.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, criticó un plan de la UE para reducir el consumo de gas en un 15%. A menos que el bloque presione por la paz en Ucrania, advirtió que Europa enfrentará una crisis energética, una recesión y agitación política.
Hablando después de una reunión con el canciller austriaco Karl Nehammer en Viena el jueves, Orban dijo que Hungría determina su propia política energética, y cualquier intento de Bruselas de interferir con esto “no encontrará el favor de los húngaros”.
A principios de esta semana, en previsión de un corte en el suministro de Rusia, los estados miembros de la UE acordaron una serie de medidas para reducir su consumo de gas en un 15% durante el invierno. Las medidas voluntarias, incluido un cambio a combustibles alternativos y el racionamiento para los consumidores domésticos, podrían volverse obligatorias si la UE declara el estado de emergencia.
Hungría fue el único de los 27 miembros de la UE que se opuso al plan. Declarando que es “simplemente imposible” prescindir de la energía rusa, el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, viajó a Moscú el jueves pasado para negociar la compra de 700 millones de metros cúbicos adicionales de gas ruso.
“A nuestra gente no le gusta ese tipo de cosas”, dijo Orban el jueves, refiriéndose al plan de la UE. «Si Bruselas tiene algo que decir sobre qué hacer con nuestra propia energía, independientemente de las buenas o malas intenciones de Bruselas, no encontrará el favor de los húngaros».
Orban, quien ha criticado duramente las sanciones de la UE a Rusia, dijo que intentaría “convencer a Bruselas para que cree una estrategia que sea buena para los ucranianos, la UE y los hogares de la UE”.
El hecho de que Bruselas ya esté implementando el racionamiento de energía sugiere que Europa se está moviendo hacia una “economía de tiempos de guerra”, dijo Orban, y agregó que a menos que se alcance la paz en Ucrania, “no podremos resolver ningún problema, no habrá energía, y toda la Unión Europea se verá empujada a una situación económica de guerra”.
El primer ministro húngaro señaló que una crisis energética también conduciría a una recesión e inestabilidad política en toda Europa.
Hungría se ha negado a enviar armas a Ucrania o permitir que armas occidentales ingresen a Ucrania desde su territorio. En un discurso la semana pasada, Orban declaró que el resto del mundo «demostrativamente no está con» Occidente sobre la sanción a Moscú, e insistió en que el conflicto en Ucrania «terminará cuando los estadounidenses y los rusos lleguen a un acuerdo».