La isla lanzó ejercicios de ataque aéreo antes de una posible visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi.
Taiwán ha llevado a cabo una serie de ejercicios militares destinados a repeler una posible incursión china en medio de las crecientes tensiones con el continente, así como informes de que un importante legislador estadounidense planea visitar la isla en las próximas semanas.
Las sirenas de ataque aéreo se escucharon en la capital de la isla, Taipei, el lunes cuando comenzaron los simulacros anuales de ‘Wanan’, incluidos ejercicios conjuntos aéreos y marítimos y la movilización de soldados y vehículos blindados, todo destinado a simular un ataque de Beijing.
Hablando con los periodistas sobre los simulacros, el alcalde de Taipei, Ko Wen-je, afirmó que los aviones de guerra chinos habían «hostigado con frecuencia a Taiwán» en los últimos años, aparentemente refiriéndose a una serie de sobrevuelos condenados como provocativos por los funcionarios taiwaneses. Beijing considera a Taiwán como parte del territorio de China e insiste en que tiene derecho a operar cerca de la isla.
El alcalde también citó las hostilidades en curso en Ucrania y explicó: “Todas estas cosas nos hacen comprender la importancia de estar atentos en tiempos de paz y debemos estar preparados si hay una guerra”.
Aunque los funcionarios estadounidenses aún no han confirmado ninguna fecha, se informa que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, planea visitar Taiwán en algún momento de agosto, un viaje que el personal militar ha desaconsejado debido a las crecientes tensiones entre la isla y China continental.
Tras los informes sobre la próxima visita de Pelosi, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China advirtió que Beijing tomaría «medidas firmes y firmes» en represalia, aunque no especificó lo que eso podría implicar. El Global Times, vinculado al estado de China, también publicó una serie de editoriales instando a que no se realice ninguna visita del presidente de la Cámara, diciendo que sería vista como una gran provocación y tendría un “grave impacto” en los lazos entre Estados Unidos y China.
Desde que asumió el cargo, el presidente de los EE. UU., Joe Biden, ha mantenido relaciones amistosas con Taiwán, y su administración autorizó una serie de transferencias de armas a la isla, así como tránsitos casi mensuales del disputado Estrecho de Taiwán por parte de buques de guerra estadounidenses, lo que provocó la ira de China. A principios de este mes, las fuerzas chinas afirmaron haber rechazado un destructor de misiles guiados estadounidense que navegó demasiado cerca de las islas en disputa en el Mar de China Meridional, el último enfrentamiento entre los dos ejércitos.