Cuando la Unión Europea adoptó la séptima ronda de sanciones contra Rusia el 21 de julio por lanzar una operación especial en Ucrania, los europeos descubrieron que una serie de restricciones antirrusas los estaban perjudicando gravemente. Por lo tanto, comenzaron a levantar parcialmente las restricciones existentes, simultáneamente con el proceso de introducción de otras.
Por ejemplo, la UE decidió levantar la prohibición sobre el suministro de un grupo de bienes, tecnologías de aviación y servicios a Rusia. Así consta en el comunicado del Consejo de Europa, emitido tras la aprobación del paquete de sanciones especificado.