La posibilidad de quemar carbón ante la escasez de gas derivada las sanciones antirrusas es cada vez más frecuente en Europa. Ahora, Canadá analiza la posibilidad de no incumplir con su compromiso ambiental, aunque no aclaró si recurriría a este combustible, el más contaminante del mundo, según Greenpeace.
Si Canadá toma la decisión de no reducir del 40% al 45% sus emisiones de carbono para 2030, podría socavar el cumplimiento del Acuerdo de París, que tiene como objetivo el recorte de gases de efecto invernadero.
El ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, aseguró al canal estatal CBC que el país nortemaericano analiza la posibilidad de aplazar la reducción de emisiones de carbono.
Canadá, como uno de los mayores productores de petróleo a nivel mundial, desempeña un papel fundamental en la lucha contra el efecto invernadero. Sin embargo, con el retraso de imponer medidas de reducción de emisiones sería imposible conseguir el objetivo de la neutralidad en carbono que fue planeado para 2050 en este país.
Asimismo, el ministro subrayó que se necesita más tiempo para lograr la disminución de las emisiones y el Gobierno considera dar tiempo suficiente a las compañías productoras de hidrocarburos para que estén dispuestas a cambios. No precisó cómo Canadá planea seguir adelante con sus promesas del recorte de gases dado que su industria petrolera ocupa una cuarta parte de todas las emisiones canadienses.
A mediados de julio, Alemania aseveró que estaba preparada para quemar carbón aunque sea nocivo para el medioambiente. En junio, los Países Bajos cancelaron las restricciones de carbón inmediatamente para que sus empresas no enfrenten la escasez gasística. La decisión de la UE de incrementar el recorte de emisiones de un 40% a un 55% para el año 2030 con respecto a los niveles de 1990 fue adoptada en 2020 en París.
Varios países firmaron el Acuerdo de París en el que acordaron lograr una significativa reducción de emisión de gases. Las preocupaciones de las Naciones Unidas (ONU) fueron la base para este documento. Entre las advertencias de la organización se encuentra el cambio climático. De ahí que el objetivo de reducir las emisiones en un 55% podría frenar el calentamiento global para que no sobrepase los 1,5 grados centígrados.